La Plaza de Toros México lució abarrotada para su primera corrida desde que cayó la medida precautoria establecida para velar por el derecho a un medio ambiente sano.
Los miles de aficionados fueron recibidos con una pinta de “Libertad” en el ruedo y poco a poco se reactivó el ritual, con oles, tercios y, sí, con la lidia y muerte de toros de la ganadería de Fernando de la Mora: Aceituno, Ministro, Seda Negra, Pelea de Gallos, Tortolito y Mar de Nubes.
En términos taurinos el evento contó con las participaciones de Joselito Adame, Diego Silveti y Andrés Roca Rey, sin ningún vencedor claro.
Fuera de la plaza decenas de manifestantes se reunieron para repudiar el regreso de las corridas de toros, tachando de ‘asesinos’ a quienes siguen este tipo de actividades.
Los animalistas llevaron cartelones con leyendas como “la tortura no es arte ni cultura”, “cultura es aprender no matar”, “Sé ético, practica el veganismo”.
La policía montó vallas para permitir el ingreso de los cientos de aficionados que ansiaban el regreso de este tipo de eventos, provocando choques directos de manifestantes con agentes del orden.
Ciudadanos con ambas posturas se enfrentaron a palabras y gritos en distintos puntos; los animalistas incluso llevaron sus consignas a los comensales de una taquería.
Desde la Monumental se vio a algunos aficionados a la fiesta brava ‘torear’ con oles a los manifestantes.
Así volvió la llamada fiesta brava y se reencontró con sus aficionados, pero también con una fortalecida oposición que planea no rendirse.