La misión Colmena de la UNAM activó sus equipos científicos que viajan en la nave Peregrine, aunque hay nulas posibilidades de que pueda llegar a la luna.
La nave no podrá completar su viaje por una “pérdida crítica de combustible”, aparentemente por una falla durante el lanzamiento del cohete.
La UNAM informó que han comenzado a realizar una serie de pruebas para operar tecnología miniaturizada en estas condiciones.
El responsable de la misión y jefe del Laboratorio de Instrumentación Espacial, del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, Gustavo Medina Tanco, confirmó que los equipos fueron prendidos:
“COLMENA ya ha sido encendido correctamente en espacio profundo, lo que es un gran hito en la misión, y se encuentra consumiendo la cantidad de potencia esperada.
“Por el momento no pueden realizarse más pruebas, pues se está racionando la energía de la nave Peregrine y se espera la autorización de Astrobotic para proceder a probar todos los demás subsistemas de COLMENA”.
Con estos resultados, agregó, la misión tiene un nivel de éxito mayor al 50 por ciento y se espera que en las próximas horas -y durante la madrugada- se efectúen pruebas que puedan llevar a un 75 por ciento de éxito.
Estos resultados se tendrían aunque no se consiga tener datos científicos de operación sobre la Luna.
Los resultados que se obtengan permitirán diseñar la Misión COLMENA 2, para llevar a cabo tareas científicas originalmente planeadas para este viaje.
Medina Tanco explicó que siete horas posteriores a su lanzamiento y separación exitosos del cohete Vulcan Centauro de United Launch Alliance, la nave Peregrine -en la trayectoria correcta a la Luna- comenzó a tener problemas con su sistema de apuntamiento, lo que hizo que sus paneles solares no pudieran seguir cargando sus baterías.
Después de algunas maniobras complejas, los ingenieros de Astrobotic consiguieron recuperar el apuntamiento y las baterías se encuentran cargadas al momento.
Para estabilizarla y mantener sus paneles en la dirección del Sol, se ha hecho uso intensivo de sus otros motores, lo que está consumiendo una cantidad de combustible mayor que la esperada, limitando severamente el tiempo de vida de la nave y su capacidad de alunizar en forma controlada.
El último reporte de la empresa que opera la nave indica que han podido extender la vida útil de la misión unas 40 horas, pero no hay posibilidades de un aterrizaje suave en la Luna:
Lamentablemente, dada la fuga de propulsor, no existe ninguna posibilidad de un aterrizaje suave en la Luna. Sin embargo, todavía tenemos suficiente propulsor para seguir operando el vehículo como una nave espacial.