El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) es una herramienta crucial operada por el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES), utilizando 96 sensores ubicados en Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Puebla y Oaxaca.
Este sistema se activa al detectar un movimiento de tierra potencialmente peligroso, protegiendo zonas densamente pobladas y con infraestructura vulnerable a temblores, como el Valle de México, Oaxaca, Colima y Guadalajara.
Según Víctor Hugo Espíndola Castro, investigador del Servicio Sismológico Nacional (SSN), la alerta no está presente en toda la República debido a que en algunas localidades de baja sismicidad, podría causar alarma innecesaria.
En un comunicado, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que uno de los mitos más comunes es que la alerta sísmica debe activarse con cada sismo. Espíndola aclara que esto es falso, ya que en la Ciudad de México se registran cerca de 70 temblores diarios y no todos ameritan una alerta. CIRES calcula el número de aceleraciones máximas de ciertas estaciones cercanas al epicentro para determinar si es necesario detonar la alerta.
El SASMEX está diseñado para terremotos fuertes y lejanos a un lugar en particular, enviando dos tipos de ondas: electromagnéticas y mecánicas.
El sistema es eficiente para sismos a más de 400 kilómetros de distancia, proporcionando alrededor de 60 segundos para que la población se resguarde. Si el sismo ocurre cerca del punto de alerta, las ondas sísmicas viajan a cuatro kilómetros por segundo, haciendo tecnológicamente imposible que la alerta suene antes del impacto.
Jonatán Arreola Manzano, subdirector de Riesgo Sísmico del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), explica que el sistema consta de sensores que miden el movimiento del terreno. Al detectar un movimiento potencialmente peligroso, envía un mensaje de alta velocidad que activa la alerta.
Programas de computadora con algoritmos específicos determinan si un sismo es potencialmente peligroso. Si no lo es, o si ocurre en una zona sin cobertura, no se emitirá alerta.
Las ciudades que reciben la alerta sísmica son Acapulco, Oaxaca, Chilpancingo, Ciudad de México, Puebla, Toluca y Colima.
Según datos de CIRES, la alerta proporciona entre 20 y 120 segundos de aviso antes de la llegada de un terremoto, dependiendo de la distancia al epicentro y las detecciones iniciales. Este sistema ha beneficiado a más de 25 millones de personas en zonas de riesgo.
Arreola Manzano recomienda evaluar el entorno para identificar la salida de emergencia más cercana en caso de sismo y realizar simulacros en casa u oficina.
Señala que lo correcto es decir “alerta” y no “alarma”, ya que se trata de un sistema de alertamiento. Aunque SASMEX es una herramienta útil, no es suficiente por sí sola si la población no sabe cómo actuar durante un sismo.
Por tanto, es vital tener un plan familiar, elaborar una mochila de emergencia, conocer a las autoridades de Protección Civil correspondientes, informarse de fuentes fidedignas y cumplir con los reglamentos de construcción.
El sonido oficial de la alerta sísmica se escucha en la Ciudad de México desde el 19 de septiembre de 2015, a través de altoparlantes del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano.
Este sistema es reconocido como la primera alerta sísmica en el mundo y un precursor en el desarrollo de sistemas de alertamiento sísmico. La alerta sísmica comenzó a desarrollarse después de los sismos de 1985, ideada por un grupo de ingenieros de la UNAM, que instalaron estaciones en las costas del Pacífico, donde se esperaba que pudiera ocurrir un sismo de magnitud considerable.