PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo. (Proceso).- A los habitantes de Villas del Sol, una población ubicada en el extremo poniente de la Riviera Maya, les pasa prácticamente desapercibida la estación del Tren Maya ubicada aquí, al norte de Quintana Roo, la zona turística más grande del país, donde el proyecto federal comenzó a operar hace más de tres meses con trenes de pasajeros que viajan a diario semivacíos por el tramo 5 Norte.
En Villas del Sol, como en muchas comunidades de la península de Yucatán, Chiapas y Tabasco, el ferrocarril opera con una baja afluencia porque a los habitantes no les resulta viable abordarlo debido a su costo y por movilidad.
En el caso de esta localidad, todos los días se registra un nutrido desplazamiento de personas que buscan llegar a sus trabajos, ubicados en los hoteles de la Riviera Maya y Cancún.
Según datos oficiales, aquí viven hasta 150 mil habitantes, más de una tercera parte de la población de Playa del Carmen, lo que lo convierte en una de las principales fuerzas laborales de la región.
Pero los pobladores de Villas del Sol –donde por cierto los candidatos de Morena arrasaron en las pasadas elecciones– prefieren utilizar el medio de transporte tradicional, en vez del proyecto ferroviario que les ofreció el presidente López Obrador.
En esta localidad, que forma parte del municipio turístico de Solidaridad, se edificó la estación Playa del Carmen, que conecta, por medio de una vía ferroviaria de 43.3 kilómetros, con la estación Cancún Aeropuerto, pasando por Puerto Morelos.
Este segmento comenzó a operar el 15 de marzo, luego de que días atrás el presidente Andrés Manuel López Obrador recorrió el tramo a bordo del tren como si fuera un acto inaugural, aunque en las obras continúan laborando hasta la fecha cientos de albañiles.
El Ejecutivo había adelantado que en estos meses habría de operar un horario especial para los trabajadores a las 6 de la mañana, pero eso no se ha cumplido. Tampoco se ha resuelto la viabilidad del proyecto, con todo y que la estación quedó aledaña a las casas de esta localidad playense.
En un principio el sindicato de taxistas Lázaro Cárdenas del Río, la organización gremial que domina el transporte de taxi en Playa del Carmen, había adelantado la intención de colocar una base en la estación para dar servicio a los usuarios del tren.
Hasta la fecha no lo han hecho ante los escasos pasajeros que utilizan el tren.
Tren Maya vs. transporte carretero
Son pocos los que abordan los coches ferroviarios para alguno de los viajes entre Playa del Carmen y Cancún en los seis recorridos que a diario realiza el tren entre ambos destinos; tres de ida y tres de regreso. Cada uno tarda de 50 a 60 minutos en completarse.
El problema, han dicho habitantes consultados, es que en vez de acercarlos a sus trabajos o a puntos de interés turístico, ubicados a más de 30 kilómetros en algunos casos, el Tren Maya los aleja mucho más.
Además, existe el factor del tiempo en contra, pues el ferrocarril, se ha constatado, muchas veces detiene su marcha.
Ni siquiera los turistas que buscan acceder al Aeropuerto Internacional de Cancún, o salir del mismo, lo demandan a gran escala, porque no llega directamente. En vez de esto, prefieren el transporte carretero.
Por esta modalidad se desplazan a diario alrededor de 20 mil personas, según transportistas. Se ocupa para ello el servicio de autobuses de ADO y camionetas tipo van, las cuales llegan directamente a los accesos de los hoteles de la Riviera Maya y, por supuesto, al Aeropuerto Internacional de Cancún.
Además, a través de las unidades, se puede acceder a una infinidad de comunidades, algo que el Tren Maya no ofrece.
Mucho antes del inicio de los trabajos de la obra sexenal, entre los transportistas locales había preocupación porque consideraban que el proyecto sería un competidor fuerte que les restaría usuarios.
No obstante, según datos brindados por ADO, la principal empresa de transporte de pasajeros en autobuses de primera clase en la región, los efectos negativos han sido prácticamente nulos.
Ellos se han mantenido en un promedio diario de hasta dos mil 500 usuarios que parten de Playa del Carmen o Cancún.
“El Tren Maya es un competidor más en el tramo, así como tenemos vans, también tenemos al Tren Maya, pero es cuestión de seguir trabajando para mejorar nuestros servicios y encontrar la preferencia de los pasajeros (…) en realidad todo ha estado normal, no ha habido ningún cambio”, da a conocer Lourdes Jiménez Rojo, gerenta comercial del ADO en la Riviera Maya.
El sistema de movilidad en la región se complementa con las vans adscritas a diversos sindicatos, cuyos operadores estiman que a diario movilizan alrededor de 15 mil personas entre Cancún, Playa del Carmen y las comunidades de la zona maya de Quintana Roo y Yucatán, quienes continúan prefiriendo esta modalidad de transporte.
Aunado a la cercanía de las bases de abordaje, se suma el factor económico: es más barato viajar por van que por el ferrocarril.
El precio del boleto del Tren Maya para los habitantes locales entre la estación de Cancún Aeropuerto y Playa del Carmen es de 74 pesos, contra los 45 pesos como máximo que cobra una van de transporte en carretera a lo largo del corredor de la Riviera Maya.
Números desfavorables
En los primeros tres meses de operación del Tren Maya de Playa del Carmen a Cancún, la zona donde ha existido más polémica por la ejecución de las obras, la afluencia de pasajeros a los coches ferroviarios apenas rebasa la tercera parte de su capacidad máxima.
De acuerdo con datos brindados vía Transparencia por la sociedad mercantil de participación estatal Tren Maya, operadora del proyecto con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) como principal socio, del 15 de marzo –cuando inició recorridos– al 10 de junio, el tramo movilizó a 36 mil 473 pasajeros en seis viajes que se realizan a diario entre ambas localidades.
Tomando en cuenta que cada tren tiene un aforo de 221 personas, según Tren Maya, la capacidad máxima de movilidad es de mil 326 usuarios diarios.
En estos primeros meses de funcionamiento pudo haber transportado a un máximo de 115 mil 362 usuarios; no obstante, la cifra real de operación en el lapso mencionado es de apenas un 32% de su capacidad.
El Tren Maya no alcanzó números altos ni en las pasadas vacaciones de Semana Santa, pese a que la ocupación hotelera en la Riviera Maya rebasó 90% en más de 57 mil cuartos de hotel disponibles.
El 15 de julio, el general Óscar David Lozano Águila, director del Tren Maya, dio a conocer cifras similares, pero de los cinco tramos que hasta ahora han sido habilitados. Faltan terminar tres tramos más, el 5 Sur, 6 y 7.
Expuso que hasta el 11 del mismo mes habían sido transportados 246 mil 926 pasajeros.
Tomando en cuenta que cada uno de los trenes tiene la capacidad ya mencionada, además de las aperturas que han ocurrido en los últimos meses y las salidas que realizan a diario vehículos en sus diferentes horarios, el proyecto federal tiene capacidad para haber transportado hasta 433 mil 570 usuarios.
No obstante, las cifras brindadas por el militar sitúan al proyecto a un 57% de su capacidad de transporte de pasajeros.
El Tren Maya ha tenido una apertura gradual desde el 15 de diciembre de 2023, cuando se inició la venta de boletos para el viaje de Cancún a Campeche; posteriormente, el 1 de enero se amplió de Cancún a Palenque.
Finalmente, el 15 de marzo comenzó a operar de Cancún a Playa del Carmen, en el tramo más polémico, porque fue donde se registró la devastación ambiental de la selva maya, denunciada por los ambientalistas.
Un tren medio vacío
Pese a que el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador y de gobernantes locales, como la morenista Mara Lezama en Quintana Roo, sostiene que el Tren Maya trae progreso a las comunidades, la realidad es otra. Los integrantes de los pueblos originarios no se suben porque no les resulta viable, además de la crítica constante contra el proyecto porque les taló buena parte de su selva.
“En el caso del tren, como nosotros habíamos dicho desde el primer momento en que se comenzó a anunciar, no está pensado para favorecer a los habitantes de la Península de Yucatán ni menos a los pueblos originarios como somos las comunidades mayas. Este tren, para empezar, no se ve como una opción de nuestras comunidades, una opción de movilidad, porque es ajeno a nuestras comunidades y a nuestros intereses y los espacios donde nosotros nos movemos”, dice Pedro Uc Be, integrante de la Asamblea de Defensa del Territorio Maya Múuch’ Xíinbal.
El también poeta maya es uno de los principales detractores del proyecto, al haber presenciado la destrucción de buena parte del territorio maya con la tala de selva virgen e impacto de los ríos subterráneos por donde ahora pasan las vías ferroviarias.
“Dijeron como justificación que iría a mover el turismo, que iba a mover a mucha gente de otros lugares este transporte rápido que es de Palenque a Cancún, pero hemos visto que ni ha movido gente ni es rápido; pero además hemos visto que este tren no está brindando un servicio apto como se planteó, porque hay de repente su descarrilamiento, que se descompone cada tres días, todo este tipo de situaciones ahí está”, critica Pedro Uc.
Uc señala que las estaciones en territorio yucateco están alejadas del grueso de comunidades mayas, cuyos integrantes para poder acceder a sitios de interés entre las mismas localidades siguen utilizando la red de carreteras estatales que desde tiempo atrás quedaron habilitadas.
“En realidad no iba a servir para nosotros y para lo que nos interesa como comunidad. Ahora vemos que para lo que se había presumido, que tiene que ver con el transporte de mucha gente de todas partes, pues no está cumpliendo con eso (…) la verdad es que la gente no tiene en cuenta ese tren, nadie está hablando ni deseando subirse al tren. La gente está haciendo su vida normal en su milpa, en su trabajo”, expone.
Lo que empieza mal, termina mal. Nos dijeron que iba a ser un exitazo, ahora vemos que no lo es. ¿Por qué tenemos que creer que será un éxito cuando lo terminen si sigue destruyendo todo a su paso?
Por otro lado, el Consejo Coordinador Empresarial, cuyos integrantes apoyaron la modificación de la ruta del Tren Maya en el norte de Quintana Roo, pone como plazo darle año y medio al proyecto para determinar si fue una buena inversión pública.
La mayoría de las cámaras empresariales respaldaron hace dos años la modificación del proyecto para un recorrido entre la selva, en vez del derecho de vía de la carretera federal 307, como se había contemplado en un principio.
“Necesita un proceso de aceptación, de maduración en el servicio, porque hay otros factores para que la gente lo utilice (…) eso se va a ir adaptando y resolviendo. En un principio no se percibe y la otra es la publicidad que se le da al medio de transporte (…) hay que darle un tiempo para ver si se consolida, que debe ser así porque si no sería una inversión mala. Yo creo que en un año y medio estaremos viendo los números que arroja”, adelanta Pablo Alcocer Góngora, presidente del Consejo Coordinador Empresarial de la Riviera Maya.
De los aproximadamente mil 400 kilómetros que contemplan sea la extensión total de las vías del Tren Maya, faltan por concluir alrededor de 575 kilómetros en gran parte de Quintana Roo y Campeche, es decir, el 41% de la longitud planteada.
Carlos Veloz Avilés, urbanista que ha participado en la conformación de diversos proyectos relacionados con la movilidad en Quintana Roo, externa que aún se tiene que esperar la conclusión al ciento por ciento de la obra federal, hasta que rodee toda la península de Yucatán y determinar así su viabilidad.
“En este momento no podemos tener el alcance ni los beneficios de todo el proyecto terminado que se espera que tenga. Una vez que esté completamente terminado ahora sí se podrá evaluar la parte de la implementación, con las rutas, con la parte de carga, ahora sí veremos si tiene la movilidad”, expone Veloz Avilés.
Pero la realidad es que no hay una fecha precisa para la conclusión de los trabajos en los tramos restantes, el 5 Sur, 6 y 7, que se extiende sobre una brecha que hace menos de dos años se abrió entre la selva.
Los ambientalistas de Sélvame del Tren, precursores de los amparos que hasta la fecha mantienen dos suspensiones contra los trabajos (amparos que el gobierno federal se niega a acatar), han señalado que las compañías constructoras continúan encontrando dificultades por el suelo kárstico (suelos con rocas fácilmente solubles: yeso, calizas, dolomías o sal) que existe entre Tulum y Playa del Carmen.
Además, las inundaciones que en julio último afectaron las obras cerca de Bacalar retrasaron enormemente los trabajos, los cuales no se cree que estén concluidos este mismo año, han dicho a este reportero trabajadores consultados.
Las cámaras empresariales hasta hace algunos meses mantenían reuniones constantes con los militares que han ejecutado las obras. Sin embargo, no han vuelto a tener un nuevo encuentro que les permita saber la situación que prevalece sobre el proyecto inconcluso, da a conocer Alcocer Góngora.
Hasta el cierre de la información, el gobierno federal no ha informado sobre el avance de los trabajos y su probable fecha de conclusión.
Este reportero solicitó información vía Transparencia a la sociedad mercantil Tren Maya sobre la fecha considerada para el término de la magna obra. La empresa respondió que la información le corresponde a la Sedena brindarla.
La Sedena, en la misma solicitud, no proporcionó la información y no argumentó la razón de la negativa.