La realidad más cruda de un trabajo es dedicar tiempo a conseguir dinero. Por regla general, una de las ideas más extendidas de nuestra sociedad es que cuanto más poder económico tenga una persona, más segura y feliz se encontrará. Sin embargo, un estudio ha demostrado que ello no sería de ese modo.
Los investigadores encuestaron a un grupo de 100.000 adultos trabajadores. Los resultados revelaron que aquellos que estaban dispuestos a renunciar a ganar más dinero a cambio de recuperar tiempo libre, experimentaron “relaciones sociales y carreras más satisfactorias, así como más felicidad”. Además, en líneas generales, los participantes mostraron índices más altos de bienestar.
¿Cómo alcanzar la felicidad?
Ashley Whillans, una de las firmantes del estudio e investigadora en la University of British Columbia, sostiene que las personas que priorizan el tiempo sobre el dinero -por ejemplo, rechazando un ascenso que requiera más tiempo- tienen una mejor calidad de vida. Menciona la “riqueza del tiempo”, es decir, el lujo de tener tiempo suficiente para hacer las cosas que uno quiere. La investigación demostró que las personas que tienen tiempo suficiente pueden alcanzar la felicidad, están menos deprimidas, experimentan más alegría, hacen más ejercicio, comen mejor, son más productivas y tienen menos probabilidades de divorciarse.
Esta científica destaca que si una persona utiliza el éxito para asegurar el tiempo y los medios necesarios para dedicarse a otros aspectos de la vida fuera del trabajo, es probable que se beneficie.Pero “trabajar para ganar dinero -especialmente a cambio de sacrificar horas de vida- ha demostrado no ser el enfoque más sabio ni el más eficaz”, concluye la investigadora.
Vale mencionar que la investigación sí señala que este patrón únicamente se cumple principalmente en personas que pueden cubrir sus necesidades básicas y tener un extra para sus gustos. Porque para aquellos que no ganan lo suficiente, un aumento en sus ingresos sí representa una mejoría en su calidad de vida. Es importante mencionar que la relación entre el tiempo, el dinero y la felicidad puede variar según la personalidad, las metas individuales y las preferencias personales. La falta de recursos económicos también puede ser un factor de estrés significativo y afectar negativamente al estado de ánimo.