El mediador Qatar dijo el lunes que la tregua entre las fuerzas israelíes y de Hamás en Gaza se había ampliado en dos días, continuando una pausa en la guerra de siete semanas que ha causado la muerte a miles de personas y asolado el enclave palestino.
“Se ha llegado a un acuerdo para prorrogar la pausa humanitaria dos días más en la Franja de Gaza”, declaró un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores qatarí en un mensaje publicado en la red social X. Hamás también informó que había acordado una prórroga de dos días.
Israel no hizo comentarios de inmediato, pero un funcionario de la Casa Blanca confirmó que se había alcanzado un acuerdo.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dio las gracias al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, así como a Qatar y Egipto -que han facilitado las negociaciones indirectas entre ambas partes- por alcanzar un acuerdo que permitirá liberar a más rehenes de Gaza y que llegue más ayuda al territorio.
Más tarde, el Ejército israelí informó que la Cruz Roja había confirmado que 11 rehenes -los últimos en ser liberados según los términos de la tregua original que debía terminar el lunes por la noche- estaban de camino a territorio israelí.Entre ellos había tres de nacionalidad francesa, dos de nacionalidad alemana y seis argentinos, según Qatar.
Hamás dijo anteriormente que había recibido una lista de 33 palestinos que serían liberados de las cárceles israelíes a cambio. Entre ellos, tres mujeres y 30 menores.
El portavoz de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, dijo a la cadena CNN que la Casa Blanca no creía que hubiera ningún estadounidense entre el último grupo liberado de Gaza, donde Washington afirma que hay entre siete y nueve ciudadanos del país norteamericano retenidos.
CRISIS HUMANITARIA
Ninguno de los anuncios especificó cuántos rehenes serían liberados en virtud del acuerdo ampliado, pero anteriormente el jefe del Servicio de Información del Estado egipcio, Diaa Rashwan, afirmó que el acuerdo que se estaba negociando incluiría la liberación de 20 israelíes de entre los capturados por Hamás durante su asalto del 7 de octubre al sur de Israel.
A cambio se liberaría a 60 prisioneros palestinos retenidos en cárceles israelíes, añadió.
La tregua acordada la semana pasada supuso la primera interrupción de los combates en las siete semanas transcurridas desde que Hamás atacó Israel, matando a 1.200 personas y llevándose a Gaza a unos 240 rehenes, según los recuentos israelíes.
En respuesta a ese ataque, Israel ha bombardeado el enclave y montado una ofensiva terrestre en el norte. Más de 15 mil palestinos han muerto, según el gobierno de Hamás en Gaza, y cientos de miles han sido desplazados.
Amplias zonas del área han quedado arrasadas por los ataques aéreos y los bombardeos de artillería israelíes, y se ha desatado una crisis humanitaria al agotarse los suministros de alimentos, combustible, agua potable y medicinas.
“Volveremos con toda nuestra fuerza para lograr nuestros objetivos: la eliminación de Hamás; garantizar que Gaza no vuelva a ser lo que era; y, por supuesto, la liberación de todos nuestros rehenes”, había declarado Netanyahu el fin de semana sobre el papel de Israel una vez finalizada la tregua.
BREVE RESPUESTA
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, describió la prórroga de la tregua, que permitió también la entrada en Gaza de camiones de ayuda, como “un atisbo de esperanza y humanidad”, pero advirtió de que dos días más no bastaban para satisfacer las necesidades de ayuda de Gaza.
“Espero firmemente que esto nos permita aumentar aún más la ayuda humanitaria a la población de Gaza que tanto está sufriendo, sabiendo que incluso con ese tiempo adicional será imposible satisfacer todas las dramáticas necesidades de la población”, declaró Guterres a periodistas.
Los palestinos de Gaza habían manifestado anteriormente que rezaban por una prórroga de la tregua. Algunos estaban visitando casas reducidas a escombros por semanas de intensos bombardeos israelíes, mientras que otros hacían cola para recibir harina y otras ayudas esenciales entregadas por la agencia de ayuda de las Naciones Unidas, UNRWA.
Um Mohammed, una mujer palestina desplazada, relató que la vida era dura para las personas que aún viven en el norte del enclave, que hasta ahora se ha llevado la peor parte de la invasión terrestre israelí.
“La gente allí arriba está buscando comida. La gente quiere vivir, asegurarse para los próximos días, porque tienen miedo, así que están asegurando lo que pueden”, explicó. “Y si preguntas si están tranquilos o en paz, no lo están”.