Aunque sea difícil de aceptar, el mundo se encuentra movido por el dinero y aunque existen otras cosas que nos pueden ayudar a mantener una vida estable, nuestras finanzas llegan a ser un peso tan grande que terminan influyendo en nuestro estado de ánimo, llegando a generar mucho estrés y ansiedad al ver que ya no alcanza para nada. Según un informe de la “American Psychological Association”, el estrés crónico derivado de desafíos financieros afecta a gran parte de la población, por lo que es necesario brindar estrategias para evitar que el dinero (o la falta de él) termine por destruir nuestra estabilidad.
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¿Por qué hay personas que no quieren gastar su dinero?
Las repercusiones de una mala administración de las finanzas no se limitan a lo puramente económico, ya que la ansiedad persistente relacionada con el dinero puede dar lugar a comportamientos de alto riesgo, causando daño tanto en la salud mental como la físico. Este impacto es particularmente evidente en las mujeres y los jóvenes, quienes se encuentran en una situación vulnerable debido al sistema en el que vivimos.
Pero también existe el otro lado de la moneda, pues hay muchas personas que a pesar de tener ganancias muy fructíferas, prefieren mantener su dinero congelado y no gastarlo en ningún momento. Y aunque esto pueda parecer una buena idea de ahorro, a la larga puede causar que la moneda se devalúe y que las ganancias no crezcan, pero además de ello nos queda la pregunta de ¿qué significa que esa persona no quiera gastar su dinero?
El rechazo persistente a gastar dinero puede ser un síntoma de lo que algunas expertas llaman “trastornos del dinero” o “trastornos de la gestión financiera”. Estos trastornos, a menudo subestimados, pueden manifestarse de diversas formas y afectar significativamente la calidad de vida de una persona.
Cuando alguien muestra una aversión extrema al gasto, puede estar experimentando una forma de ansiedad financiera y este miedo puede derivar de diferentes causas, como el temor a no poder cubrir necesidades básicas en el futuro, el trauma pasado relacionado con la pérdida de dinero o el exceso de preocupación por la seguridad financiera. En algunos casos, esta aversión al gasto puede asociarse con trastornos como la avaricia patológica, donde la acumulación de dinero se convierte en un fin en sí mismo, independientemente de las necesidades reales o el bienestar personal.
También puede ser un síntoma de trastornos de ansiedad más amplios, como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), donde el miedo irracional al gasto se convierte en un ciclo de pensamientos y comportamientos compulsivos. De la misma forma, la negativa constante a gastar dinero puede llevar a consecuencias graves, como la privación de necesidades básicas, el deterioro de las relaciones interpersonales o el estancamiento en el crecimiento personal y profesional.
¿Cómo ayudar a alguien con una aversión a gastar dinero?
Es así como las expertas señalan que la aversión extrema al gasto puede llegar a afectar negativamente la vida cotidiana de quien lo padece, por lo que resulta indispensable buscar ayuda profesional para abordar las causas subyacentes y encontrar estrategias efectivas para gestionar las finanzas de manera saludable y equilibrada. Si conoces a alguien que podría encontrarse en esta situación, puedes ayudarle así:
- Comprender la raíz del problema: es importante tener conversaciones abiertas y comprensivas para entender por qué la persona tiene miedo o ansiedad al gastar dinero. Pregúntale sobre sus preocupaciones financieras y escucha activamente sin juzgar.
- Proporcionar educación financiera: puedes ayudar a la persona a comprender la importancia de gastar dinero de manera responsable y equilibrada. Ayúdale a establecer un presupuesto, priorizar gastos y planificar para el futuro.
- Establecer metas financieras alcanzables: también puedes acompañarlo a establecer metas financieras realistas y alcanzables. Esto puede incluir ahorrar para emergencias, pagar deudas o trabajar hacia objetivos a largo plazo, como la compra de una casa o la jubilación.
- Tomar decisiones financieras juntos: ofrece apoyo al acompañar a la persona en decisiones financieras importantes, esto puede ayudar a reducir su ansiedad y aumentar su confianza en la toma de decisiones financieras.
- Fomentar la exposición gradual: anima a la persona a enfrentar sus miedos de manera gradual, comenzando con pequeñas compras y aumentando gradualmente la cantidad de dinero gastado con el tiempo.
- Reforzar los logros: reconoce y aplaude los pasos positivos que la persona da hacia superar su aversión a gastar dinero. El refuerzo positivo puede ser una poderosa herramienta para motivar el cambio y fomentar una relación más saludable con el dinero.
- Buscar ayuda profesional si es necesario: si la aversión a gastar dinero está causando un malestar significativo o afectando negativamente la vida diaria de la persona, es importante buscar ayuda profesional. Un terapeuta especializado en problemas financieros o un asesor financiero pueden ofrecer orientación y apoyo adicionales.