Teatro: “El viaje de Breton” con el Colectivo Teatro sin paredes

Teatro: “El viaje de Breton” con el Colectivo Teatro sin paredes

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CIUDAD DE MÉXICO (apro).-Un viaje para hablar del surrealismo, mezclar realidades, transitar desde la perspectiva onírica en la que nuestro México está sumergido y tomar como hilo conductor la visita que realizó André Breton, el padre del surrealismo, para impartir una serie de conferencias en 1938.

Sus encuentros con personalidades de la política y la pintura contestataria de esa época; la recreación de conversaciones, o más bien la declaración de principios de los personajes; situaciones ficcionadas que pudieron ocurrir en aquella visita y que se transformaron en un alucinante recorrido por distintos contextos y ambientes…

“El viaje de Breton, cien años de surrealismo”, es la obra que presenta el Colectivo Teatro sin paredes en relación al aniversario de la aparición en Francia del Manifiesto surrealista en 1924, que marcó el inicio de un movimiento importante en las artes plásticas y literarias del siglo XX. Romper con la racionalidad y el mundo tangible para adentrarse en la posibilidad del ser, en la expresión de lo onírico en las artes plásticas, la poesía y la narrativa, y darle cabida a lo que va más allá de lo que se ve y tiene una lógica clara.

En México, el surrealismo de pintoras como Frida Kahlo y Remedios Varo convivía con el muralismo de David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, y se contraponía o complementaba con posiciones políticas revolucionarias que estaban en su apogeo a raíz de la Revolución rusa y el exilio de León Trotsky.

Así, “El viaje de Breton”, idea original y dirección de David Psalmon, con la dramaturgia de Guillermo León, es un viaje felizmente desestructurado, onírico y divertido para mostrar al México de aquella época y crear escenas donde André Breton conversa con artistas y luchadores sociales como Frida Kahlo, Siqueiros y Trotsky, con los que convivió, o con personajes como Pancho Villa, la chamana Pachita o hasta El Santo, con los que no tuvo contacto pero que nos remiten a una lógica no racional. El criterio es mostrar este surrealismo en nuestro país y lo inverosímil que hay en él.

Con la escenografía de Sergio López Vigueras y el vestuario de Mario Marín, vemos sillas y mesas con patas disparejas, una escoba deforme o vestuarios típicos mexicanos y video-proyecciones de Héctor Cruz que completan la estética del espectáculo.

La libertad creativa de “El viaje de Breton” nos sube a esa montaña rusa de encuentros y realidades. Aunque larga –donde repite formatos como los programas televisivos y la presencia de El Santo y La Llorona–, la obra nos permite conocer todo un ambiente político, social y artístico del México de aquella época. Es un acierto el tono fársico en las interpretaciones al subrayar el juego, la risa y el divertimento.

Resaltan las actuaciones de Bruno Mestri, quien interpreta a Breton, Lou Best a Jaqueline Lamba, su esposa y otros personajes, así como Beatriz Luna y Roam León que encarnan otros que pueblan este universo surrealista y desenfrenado.

“El viaje de Breton” está muy bien documentada, teniendo como una de sus fuentes principales el libro de Fabianne Bradu “André Breton en México”, y se desprende de él para elevarse con la imaginación a supuestos encuentros, posibles referencias alucinantes de nuestro país y personajes genéricos como el presidente de México, que recoge frases icónicas de los mandatarios que nos han gobernado.

En el Teatro Julio Castillo, del Centro Cultural del Bosque, se presenta hasta el 14 de abril (jueves y viernes, 18 horas, sábado 19 y domingo 20) “esta obra reconfortante, lúdica y divertida que nos acerca al movimiento surrealista y a las posturas políticas revolucionarias de los 30 y 40 en este México que, como vemos, está lleno de magia y jolgorio.



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