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[ad_1] ACAPULCO, Gro (Proceso).– En las colonias populares y marginadas de Acapulco ronda el hambre, sed y hasta la muerte tras el paso del huracán Otis. Los vecinos de la calle Sinaloa vieron como la lluvia ligera del pasado martes 24 por la tarde se convirtió a la una de la mañana del miércoles 25 en un feroz remolino de viento y agua que se llevó láminas, tinacos, canceles de aluminio, colchones y pantallas de televisión derribando postes de luz, de teléfono y árboles.Noticias RelacionadasLos techos parecían de papel. Luego se formó un remolino que tronaba por dentro. Parecía “licuadora”, dicen.…