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Apr
En 30 años los debates presidenciales han tenido mínimo impacto en el electorado. No sólo por la falta de un formato que permita un verdadero debate entre los aspirantes, sino porque estos no ofrecen a los ciudadanos alternativas reales de solución a los múltiples problemas del país y, quizá, lo que más queda en le memoria pública son anécdotas de errores, dislates, ausencias o de edecanes que robaron miradas furtivas. A partir de la elección de 1994 comenzaron a realizarse debates entre quienes aspiran a la Presidencia; en esa ocasión, por ser la primera vez y en un contexto del…