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Jan
El óptico-optometrista y vicepresidente de Visión y Vida, Lluís Bielsa, señala que los niños "no deberían acercarse a las pantallas hasta que cumpliesen los siete años" ya que el sistema visual de un menor no se considera prácticamente desarrollado hasta esta edad y, por ello, la exigencia que tiene el menor a la hora de visualizar la pantalla (muy cerca de su cara) es demasiado alta obligando a un esfuerzo excesivo en la convergencia ocular (centrado) y acomodación (enfoque). Además, dado que la pantalla mide poco, limita los movimientos oculares amplios del menor y, como consecuencia, reduce su motilidad ocular.…