06
Jan
En estos 40 años que cumple el neo-zapatismo —contando el periodo de clandestinidad— y 30 de haberse hecho público, el movimiento no busca explicarse, sino ejercerse con el tiempo, el silencio y la espera. A diferencia del sistema político tradicional que se sostiene de discursos inmediatos que subrayan una posibilidad de plástico que termina por encadenarse y reducirse a simples expectativas pasivas y aspiracionales; las y los neo-zapatistas se mueven, accionan, vivencian y construyen alternativas que liberan a la posibilidad de esa artificialeza para hacer mundos muy otros, y claro, posibles. No es que el neo-zapatismo vaya a cambiar el…