El tenista español Rafael Nadal se despidió este lunes de su andadura en Roland Garros 2024, segundo torneo Grand Slam de la temporada, después de no poder superar el duro examen del alemán Alexander Zverev, quien se impuso en tres sets por 6-3, 7-6(5), 6-3, tras más de tres horas de partido.
Nadal, 14 veces campeón en París, no pudo sorprender a uno de los jugadores más en forma del momento, número cuatro del mundo y que llegaba a este compromiso, tras ganar el Masters 1.000 de Roma. Ambos se reencontraban en el mismo escenario donde se vieron las caras, en 2022, entonces en unas semifinales marcadas por la grave lesión del de Hamburgo que le terminó por dar el billete al balear, posterior campeón.
Si ha sido mi última vez, la he disfrutado. Espero veros otra vez, pero no lo sé.
Confesó el de Manacor a pie de pista de una Phillipe-Chatrier volcada desde el primer momento con el español que, bajo la atenta mirada de Carlos Alcaraz, Novak Djokovic o Iga Swiatek ofreció una buena versión, muy mejorada respecto a Roma, pero insuficiente ante un Zverev muy sólido y apoyado en un gran servicio y en su demoledor revés a dos manos, que se convirtió en el tercer jugador en batir al ‘rey’ de Roland Garros tras el sueco Robin Soderling y ‘Nole‘, que lo hizo en dos ocasiones.
Nadal fue mucho más reconocible en su juego, con el que fue de menos a más tras un flojo inicio que le terminó por costar el primer parcial. Pero aunque no pudo remontar el ‘break’ que encajó en blanco en el primer juego y también cedió por segunda vez su saque para entregarle el set a su rival, su tenis ya había empezado a carburar y pese a la derrota en tres parciales, acabó con 34 golpes ganadores, diez menos, eso sí, que el de Hamburgo.
Era el primer partido del campeón de 22 ‘Grand Slams’ al mejor de cinco mangas desde que cayese en la segunda ronda del Abierto de Australia 2023. El rival era el de mayor nivel que había tenido desde su regreso y además en un momento de madurez tenística que le ayudó a sujetar las emociones que rodeaban a una pista central, donde encontró la ‘ayuda’ de su cierre para darle unas condiciones más favorables.
Zverev se llevó con autoridad el primer set, gracias a su solidez y su servicio, que le sacó del mayor apuro que tuvo, un 15-40 con 2-1 arriba. Pero en ese momento Nadal ya parecía que se iba asentando en ‘su’ pista, un plus también para él, y el encuentro se fue endureciendo y abriendo más la puerta a que se alargase.
El ‘drive’ y el revés a dos manos que en tantas ocasiones habían derribado a rivales sin miramientos aparecieron, no con el esplendor seguramente de antaño, pero sí con la suficiente finura y agresividad para que el de Hamburgo dejase de estar cómodo y empezase a sufrir. De todos modos, el alemán tuvo un 15-40 con 2-1, salvado con calidad por parte de Nadal, que a la siguiente logró el ansiado ‘break’.
Fueron los mejores momentos del exnúmero uno del mundo ante una Philippe-Chatrier emocionada y exultante ante el tenis del español, con gestos de celebración por su nivel que hacía mucho que no se veían. Sin embargo, eso no desarmó a Zverev que aplacó al ambiente con un brutal décimo juego cuando sacaba el balear para igualar el partido.
Nadal encajó el golpe y gozó de un 15-40 a renglón seguido, pero el germano volvió a tirar de su saque para asegurarse un ‘tie-break’ donde se mantuvo la igualdad y adverso finalmente (7/5) para el español, pese a algún golpe de genio.
La pérdida del parcial pareció afectar algo al de Manacor, que se vio con problemas en el primer juego de la tercera manga, pero que se rehizo no sólo para levantar el peligroso 15-40 sino para romper el saque del alemán, que sabía que no podía aflojar y que replicó al instante. Nadal no pudo aprovechar una nueva oportunidad y en el siguiente saque sacó su carácter y su saque para evitar un nuevo ‘break’.
Sin embargo, Zverev siguió firme y con un tremendo ‘passing’ sobre una subida a la red, donde el balear se había mostrado fino y letal durante todo el partido, le dio una rotura clave. Nadal aún estuvo cerca de recuperarla, pero el cuatro del mundo sacó a relucir su tremendo revés a dos manos para acabar con la resistencia del ‘rey’ de la Philippe-Chatrier.
La segunda jornada de competición en Roland Garros dejó también el estreno del italiano Jannik Sinner, segundo cabeza de serie y campeón del Abierto de Australia, que pasó con facilidad a la segunda ronda tras derrotar al estadounidense Christopher Eubanks por 6-3, 6-3, 6-4.
(Con información de Europa Press)