Hay un consenso universal en el hecho de que ser feliz es el objetivo que tenemos en común todos los seres humanos. Pero más allá del significado ontológico o espiritual que pueda tener, hay otra razón para perseguir este estado: tener mejor salud.
De acuerdo con Rodolfo Savica, médico experto en Parkinson y enfermedades neurodegenerativas, hacer actividades placenteras y mantener un estilo de vida saludable hace que el riesgo de contraer algún padecimiento cerebral disminuya considerablemente.
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“No tenemos por el momento un suplemento, una medicina o algo que podamos tomar contra las enfermedades neurodegenerativas, no podemos sugerir que tomes vitamina B, curcumina o cualquier otra cosa, no funciona de esta manera.
“Estas son las tres cosas más importantes que tenemos que hacer para reducir el riesgo, no sólo del Parkinson, sino de toda enfermedad neurodegenerativa: hacer ejercicio, comer balanceado y hacer cosas placenteras por lo menos durante 10 minutos cada día”, señala el facultativo.
La razón es relativamente simple: investigaciones recientes han demostrado que seguir una dieta equilibrada, tener actividad física constante y realizar actividades que nos llenen de endorfinas puede prevenir los accidentes vasculares y, con ello, la muerte de las células cerebrales.
“Esto es importante porque reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, ayuda al cerebro a combatir contra la enfermedad de Parkinson o la demencia, que es algo del envejecimiento, que puede ser peor si hay un daño vascular”, argumenta.
Preocupa la aparición de Parkinson en los jóvenes
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, la cantidad de personas que padecerán el mal de Parkinson podría triplicarse para el año 2030, afectando con mayor frecuencia a personas jóvenes.
“De forma clásica se pensaba que la gente de entre 75 u 80 años era más propensa a padecer Parkinson, con síntomas como temblor, rigidez o lentitud de movimientos, pero cada vez encontramos más pacientes jóvenes, de menos de 50 años de edad.
“La diferencia es radical. Cuando el paciente tiene 75 años, el médico puede relacionar más fácilmente los síntomas con el Parkinson, mientras que si lo desarrollas a los 40 años, cuando estás a mitad de tu vida, crees que es algo muscular u ortopédico, y eso puede retrasar el diagnóstico por años”, revela Savico.
Estudios recientes demostraron que, contra lo que se pensaba, el componente hereditario que lleva a algunas personas a desarrollar Parkinson no es tan importante, pues solo el 15 por ciento de los pacientes tenían familiares con el mismo padecimiento.
“La distinción más grande es más social, porque si tengo 30 años y tengo Parkinson, viviré unos 50 años más y tengo que conseguir mi familia, tengo que disfrutar, tengo que ir a, no sé, mirar el fútbol, tengo que vivir como todos los de 30 años y esto no pasa muchas veces porque tenemos una enfermedad degenerativa”, añade.
¿Cuáles son los síntomas más comunes del Parkinson?
Aunque todos identificamos los síntomas más icónicos de este padecimiento, como pueden ser los temblores involuntarios, la rigidez muscular o la pérdida de memoria, hay otros signos que aparecen años antes del desarrollo pleno de la enfermedad.
“Uno de ellos es ‘vivir los sueños’, es decir, si sueñas que peleas tirar realmente golpes y despertar agitado. Es interesante, porque usualmente no es el paciente el que dice esto, sino la pareja, quien dice ‘sí, desde hace 25 años cada noche pelea pensando que soy un león’ o algo de esto. Es un síntoma que parece conducir en pocos años al Parkinson”, detalla Savico.
El estreñimiento también es un síntoma clásico que hay que tomar con cuidado, dado que puede también ser indicio de otro padecimiento.
“La pérdida del olfato parece que puede empezar 20 y 30 años antes del Parkinson también. El problema es que, después del Covid, mucha gente perdió el olfato y se puede pensar que no toda esta gente va a desarrollar la enfermedad de Párkinson”, añade.
El doctor Savica recomienda que, ante la duda, consultes a tu médico familiar si presentas varios de los síntomas de alerta ante esta enfermedad, para la que no existe cura de momento.