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Alanís Ortega analizó los acuerdos internacionales alcanzados en la COP29 sobre carbono y metano, celebrada durante los últimas dos semanas en Bakú, Azerbaiyán, enfatizando en que hay un compromiso de financiación anual por parte de los países desarrollados de 300 mil millones de dólares para 2035 a sus socios en vías de desarrollo.
Dijo que este acuerdo se logró tras una larga sesión de negociaciones, luego de que un mismo acuerdo de financiación realizado en 2010 por los mismos países desarrollados, no se hizo realidad.
“Y la cereza del pastel es que después de muy arduas, muy complejas, muy difíciles conversaciones, negociaciones, se llegó a un acuerdo para que los países ricos, que son los que han causado el problema del calentamiento global y del cambio climático, pongan sobre la mesa 30 mil millones de dólares anuales de aquí al 2035 con la finalidad de que los países pobres, los países más vulnerables al cambio climático, puedan llevar a cabo una serie de medidas de mitigación, pero principalmente de adaptación climática en función de las consecuencias que están viviendo ya hoy en día por las afectaciones que esto les causa”.
¿Cómo poder asegurar que esto va a suceder? Hay un gran reto, ya en el 2010 los países ricos se habían comprometido a poner sobre la mesa, a partir del 2020, 100 mi millones de dólares al año, justamente para el mismo propósito, hacia el 2030, y algo que no sucedió, al día de hoy no sucedió ese compromiso.
“Qué nos garantiza que ahora estos 300 mil millones de dólares sí se van poner en la mesa de aquí al 2035 para poder implementar medidas de adaptación y mitigación climática en los países más pobres, en los países más vulnerables, y que son los más afectados por lo que está pasando hoy en día en el mundo”.
“Alguien nos tiene que garantizar que ahora sí esto va a suceder y como dicen los americanos ‘you have to put your money where your mouth is’, es decir, tienes que poner el dinero de acuerdo a tus dichos, de acuerdo a tus compromisos”.
Otro aspecto que Gustavo Alanís Ortega resaltó, además de la materialización del compromiso financiero, es el monto mismo, algo que organizaciones ecologistas como WWF, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Alianza Verde y SEO/BirdLife han considerado un resultado “pobre, muy decepcionante e inadecuado”.
La otra cosa es que si esta cantidad de dinero, se cuestiona, si es realmente es suficiente o no. Para muchos no y la vocera principal en la sesión final fue la ministra de medio ambiente de la India que dijo que esto no satisface las necesidades y los problemas que tienen los países pobres, los países vulnerables, porque la expectativa era que se pudiera poner sobre la mesa 1.3 trillones de dólares, lo cual se quedó muy atrás, muy lejano de lo que era la expectativa de estos países que más están sufriendo las consecuencias del cambio climático.
Arquitectura financiera y voluntad política
El director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) señaló que para la realización del compromiso alcanzado con los países industrializados se necesita aclarar cuál será la arquitectura financiera mediante la cual se harán llegar los recursos a los países que más lo necesitan.
“Los países, junto con la banca internacional, el Banco Mundial y otras organizaciones de ese corte y naturaleza, tendrán que poner en marcha lo más pronto posible esta arquitectura financiara que le permita a los países accesar a los recursos suficientes y necesarios para que en el plano local, nacional, puedan empezar a adaptarse a las nuevas condiciones climatológicas, tiene que haber una resiliencia muy importante porque las condiciones climáticas, en muchos casos, van a seguir cambiando pero para mal y en muchos casos la gente ya no va a poder estar en algunos lugares geográficamente hablando y se han convertido, o se están convirtiendo, en refugiados o migrantes ambientales porque tienen que pasar de un lugar a otro donde las condiciones les permitan estar asentados adecuadamente”.
Es muy importante la parte del dinero, la parte del financiamiento, y se requiere mucha voluntad política por parte de los países, particularmente los industrializados, para que sí pongan el dinero y no nos quedemos, nuevamente, cortos haciendo promesas que en la practica no se van a cumplir.
Gustavo Alanís resaltó la necesidad impostergable de concretar la transición energética hacia los recursos renovables.
“Hay todavía un camino importante por delante y parte de lo que se está diciendo en el contexto internacional es que no podemos detener esta transición energética sino que, más bien, tenemos que acelerar lo más posible la transición energética hacia (recursos) renovables y pasar a economías que sean bajas en carbono y esto lo que quiere decir es que los países van a tener que depender menos del gas, petróleo, carbón, combustóleo y darle paso a los renovables, para que eso sea posible obviamente se necesitan todos estos recursos (financieros) en la mesa”.
Alanís Ortega detalló los acuerdos que en la COP29 se alcanzaron con el objetivo de contrarrestar el cambio climático que ha producido recientes y graves desastres en todo el planeta como en el Reino Unido, España, Acapulco, Florida, entre otros.
“Llegamos a esta COP29 y hubo un muy temprano acuerdo sobre las nuevas reglas para el mercado global, el mercado internacional, de carbono, para que los países ricos que contaminan puedan compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero comprando créditos a países que han reducido sus emisiones más allá de lo inicialmente comprometido”.
“Hacia mediados de la COP29 se firmó un pacto relacionado con el metano el cual México es parte y esto es bien importante porque a través de este pacto se busca reducir las emisiones de metano que provienen de los residuos sólidos, un problema muy grande que tenemos en nuestro país”.
Consulta aquí la entrevista completa con Gustavo Alanís Ortega, director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA):
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