El insomnio y las enfermedades relacionadas con un sueño de mala calidad son un verdadero problema a nivel global. De hecho, la Organización Mundial de la Salud lo cataloga como uno de los puntos más importantes a tratar entre los gobiernos mundiales.
A las rutinas, acciones y prácticas que te llevan a tener un descanso bueno y reparador se les conoce como higiene del sueño y, de la misma forma que la limpieza corporal o la buena alimentación ayuda a tu bienestar, ésta también promueve la buena salud.
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“Necesitamos descansar para rendir adecuadamente, pensar con claridad, asentar la memoria y reaccionar con agilidad. Pero, además, un sueño óptimo previene de sufrir enfermedades como infartos, ictus o depresiones”, destacan expertos de la Clínica Universidad de Navarra.
Conocer tus patrones y necesidades de descanso, tratar de llevar un horario ordenado de descanso y alimentarte sanamente son solo algunas de las buenas prácticas que te harán tener una buena higiene del sueño.
¿Cómo dormir mejor?
De acuerdo con los investigadores navarros, hay algunos pasos relativamente sencillos que harán que te sientas más descansado y despiertes cada día con más energía, además de prevenir enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.
Lo primero es distinguir la diferencia entre tener problemas para conciliar el sueño y padecer insomnio. En el primer caso se puede deber a estímulos diversos o a una mala higiene del sueño, mientras que en el segundo se trata ya de una enfermedad que debe ser tratada por expertos.
Dormir bien implica tener buenas rutinas. Por ejemplo, los expertos de la Clínica Universidad de Navarra recomiendan no tomar bebidas con cafeína unas cuatro horas antes de dormir, cenar ligero y no ejercitarse previo a acostarse. Tomar un baño caliente y beber una infusión o un vaso de leche tibia también ayuda.
La recámara debe ser un santuario del sueño. Aunque suene exagerado, lo ideal es que sea un sitio relativamente oscuro, no muy frío y con pocos estímulos visuales y auditivos. El uso de plantas decorativas puede ayudar a crear una mejor atmósfera.
Una media hora antes de dormir, intenta relajarte escuchando música suave, leyendo un libro o haciendo alguna actividad que te guste. Intenta no pelear o angustiarte por problemas que puedes resolver un poco después, pues esto puede deteriorar tu sueño.
“El sueño tiene diferentes fases que constituyen los ciclos de sueño. Cada ciclo acaba en sueño REM. Esta última fase se caracteriza por tener una actividad cerebral similar a la de vigilia y el despertar espontáneo desde esta fase es frecuente, con la ventaja de que nos despertamos mucho más despejados, independientemente de la hora.
“En otras fases, especialmente desde sueño profundo, la inercia de sueño es más prolongada y nos encontramos cansados y adormilados. Pero el despertador no entiende de esta lógica y nos puede despertar en periodos donde la inercia de sueño, un estado intermedio entre el sueño y la vigilia, es más prolongada. Utilizar el snooze conseguirá que se prolongue aún más”, aconsejan los investigadores.