El colectivo Selvame del Tren publicó dos videos este fin de semana para documentar posibles afectaciones del Tren Maya a los acuíferos de Quintana Roo.
La organización exhibió la ubicación exacta de las obras en proceso, partiendo desde un mapa, luego con video en tierra y posteriormente con un buzo.
La persona que graba bajo el agua muestra que unos imanes se pegan al elemento metálico que sostiene la magna obra.
Posteriormente muestra residuos ferrosos en el fondo del agua cristalina.
En otro ejercicio similar, este domingo sacaron un video que muestra el recorrido de una cámara que parte de la zona de vías y llega al recurso hídrico.
Argumentan que se ven los daños que provocan el concreto y acero sobre el acuífero. “Alta concentración de cloruros = corrosión. Nadie sabe cuáles serán las consecuencias”.
Postura
En su comunicado de este sábado, Selvame critica el desarrollo de la obra:
Mienten, no es una inauguración, es un evento demagogo. Mienten, el tren no le servirá a la población para ir a sus trabajos o la escuela; ya que además es muy caro.
El tren atraviesa la selva, rellenando de cemento cenotes y ríos subterráneos, sin ningún estudio.
Mienten, el tren no cuida la naturaleza, por ello recurrieron a decretos ilegales para imponerlo: las manifestaciones de impacto ambiental, los cambios de uso de suelo, las expropiaciones y muchas otras decisiones se manipularon a la voluntad del proyecto, no por la protección de los recursos naturales o de sus habitantes.
Mienten, no eran acahuales, eran árboles que prometieron no talar, y devastaron 10 millones solamente en el tramo 5.
El tren es MILITAR, NO ES MAYA y acentúa la discriminación y exclusión hacia los pueblos indígenas, porque es un proyecto que ha sido impuesto a la fuerza, y que ya está teniendo repercusiones en la vida de los pueblos.
Sí, el sureste tiene grandes necesidades, pero éstas deben de ser atendidas de manera puntual, inteligente, correcta, legal y preservando el medio ambiente.