Para ganar en ajedrez

Para ganar en ajedrez


CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- No, no voy a hablar del libro de Guil Russek, de editorial Selector, el cual se llama precisamente “Para ganar en ajedrez”, sino que hablaré de lo que habría que hacer para mejorar en su nivel de juego. Hoy en día el ajedrecista, desde el principiante hasta el consagrado, tiene acceso a mucha información, a demasiada –diría yo–. Hay bases de partidas, que son como 10 millones de ellas o más. Hay discos compactos con monografías de aperturas, de finales, de combinaciones. Hay sitios web que muestran las últimas partidas de los más importantes torneos. Se pueden incluso seguir en vivo. Hay, desde luego, libros que pueden conseguirse incluso de manera no muy legal en Internet o bien, comprarlos en Estados Unidos y esperar unos días para que lleguen a México. En fin, que la cantidad de información ajedrecística actualmente es prácticamente inacabable.

Por ello, hay que pensar muy bien en qué información comprar o usar porque con la escasez de tiempo, hay que ser muy prácticos y si se quiere progresar, ganar en ajedrez, hay que saber cómo aprovechar el tiempo al máximo. Así pues, van algunas recomendaciones para quien de verdad quiera mejorar y, por qué no, ganar en ajedrez:

  • Tiempo: Por una parte, considere que para progresar hay que estudiar. Alguien le preguntó a Kasparov lo siguiente: ¿Cómo puedo progresar en ajedrez si no tengo tiempo? A lo que el excampeón del mundo le respondió: “¿cómo quiere mejorar si no tiene tiempo de estudiar?”. Y la respuesta lo dice todo: si quiere mejorar tiene que buscar tiempo para tomar los trebejos y sentarse a estudiar. Por ósmosis, créame, no mejorará en su nivel de juego.
  • Disciplina y método: No basta con tener tiempo libre, sino además hay que aprovecharlo y sentarse con seriedad a estudiar. Ponga su tablero y analice partidas, vea posiciones del medio juego, resuelva combinaciones, etcétera, pero con disciplina y métodos. Si está aprendiendo a lidiar con una variante de la defensa siciliana, pues no se canse a la tercera página de variantes. Pregúntese por qué el autor de la monografía dice que una jugada es buena o mala. Intente discernir por usted mismo qué planes tiene cada bando. Hay que hacer un trabajo que a veces se antoja monumental, pero que es la única manera de aprender y progresar. Si se toma el estudio a la ligera, posiblemente pase un buen rato, pero los beneficios de un mejor nivel ajedrecístico en cierto tiempo, no ocurrirán.
  • Salir de la zona de confort. Si quiere mejorar tiene que esforzarse. Los amantes del ejercicio físico dicen: “no pain, no gain”, algo así como “si no duele, no sirve”. Esto significa que para mejorar en ajedrez no basta con ver una partida por aquí, una final por allá, una combinación simpática, etcétera. No, se necesita esforzarse para tratar de descubrir por uno mismo las ventajas y desventajas de las jugadas que se están analizando. Ningún jugador, inclusive Kasparov o Fischer, eran proclives a la flojera, a creerle al comentarista sobre el valor de una jugada, etcétera. Al contrario, dudaban de todo y por ello mejoraron, aunque cabe decirlo, esos jugadores son ejemplos de constancia, de esfuerzo, de trabajo.
  • Estudie deliberadamente. El estudio deliberado es precisamente el estudio que se hace para hacerse de una nueva habilidad, para mejorar específicamente en algo. De nuevo, siguiendo la analogía del gimnasio: si quiere desarrollar los bíceps tendrá que hacer ejercicios que definitivamente incrementen la masa muscular que se quiere desarrollar. En ajedrez pasa lo mismo: se necesita estudiar con sistema, deliberadamente un tema, para que éste se convierta en un trabajo constante y a la larga veamos los frutos del estudio. Por ejemplo, si desea mejorar su nivel combinatorio, debe ver muchos ejercicios de táctica e intentar resolverlos. En caso de no resolver uno, no vea la solución de inmediato, márquelo y regrese al ejercicio más tarde. Esfuércese por hallar la solución, aunque le lleve más tiempo. Si no hay esfuerzo, si no trabaja para eliminar sus defectos, no habrá mejora en su nivel de juego.
  • Juegue partidas de entrenamiento: con amigos o contra la computadora desde la posición que está estudiando. Intente jugar partidas contra reloj, simulando las condiciones del torneo. No importa si gana o no (probablemente casi nunca le ganará a la computadora). Lo que interesa es ver si su entendimiento del tablero ha mejorado, lo cual puede ocurrir si trabaja, repito, con constancia.
  • Juegue en torneos. Si no juega no puede saber si ha progresado. Al terminar la partida –si se puede– analícela con su rival. Tome nota de lo que su contrario vio y que usted quizá despreció. Una vez terminada la competencia, ponga a su motor de ajedrez favorito y pídale que analice las partidas. Hallará muchísimas cosas. Kasparov decía que no hay partida perfecta, incluso habiendo ganado se pueden encontrar todo género de problemas que se pasaron por alto.

Si hace todo esto probablemente pueda mejorar y jugar un ajedrez más sólido. Esto, créame, no lo logrará en uno o dos meses. En ocasiones puede llevar algunos años para darse cuenta de que entiende más de ajedrez, que juega mejor y, por ende, hallará que el esfuerzo valió la pena.

Sin embargo, debe quedarle claro también que en este juego no hay garantías. Observe a los ajedrecistas de élite. No hacen otra cosa que jugar al máximo nivel y de pronto salen de ese reducido grupo de grandes jugadores por razones difíciles de explicar. Algo pasa y empiezan a sufrir descalabros en su nivel de juego. Topalov o Leko son clásicos en este sentido. El húngaro Peter Leko por muchos años estuvo entre los 10 mejores del mundo y ahora no pinta como antes en el escalafón mundial. Topalov, el excampeón del mundo 2005 de pronto algo le pasó y no ha podido recuperar su anterior forma. De ganar los torneos con muchos puntos de ventaja sobre sus rivales, ahora queda relegado a la parte baja de la tabla de las competencias. Eso quizá habla de lo rudo que es el ajedrez de torneo y lo difícil que es mantenerse vigente jugando al mejor nivel. En esa proporción, en la medida que juegue y se dedique al juego ciencia, hallará satisfacciones, como vencer a un archienemigo local, o ganar uno que otro torneo del club donde participa. Sin embargo, puede que nada salga bien y que su ajedrez se quede estancado por alguna razón. Si este es el caso, habrá que reconsiderar qué está haciendo para ver por qué no progresa. Pero no se desanime. Afortunadamente uno mejora cuando verdaderamente estudia, aunque haya por ahí uno que otro descalabro.





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