Tres de los cuatro hospitales que aún operan en el norte de Gaza sufrieron ataques en los que murieron al menos nueve personas, denunció hoy la ONU, que también confirmó el deterioro de la situación de seguridad y humanitaria en el sur de la franja, donde Israel ha extendido su ofensiva.
Los ataques afectaron al Hospital Kamal Adwan en Jabalia (norte de Gaza), donde hubo al menos cuatro muertos y nueve heridos, en el centro Al Awda en Beit Lahiya, también en el norte, con al menos cinco muertos, y en el Al Ahly de la capital gazatí, con un número no confirmado de víctimas, indicó el informe diario de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
Según el informe, incluso en el sur de la franja las instalaciones sanitarias están siendo cercadas por las fuerzas israelíes: en concreto, se ha ordenado a la Organización Mundial de la Salud que retire sus suministros médicos de dos almacenes en esa zona, donde al parecer el ejército israelí va a comenzar a actuar.
Naciones Unidas insiste en que los hospitales están operando en situaciones límite debido a la falta de equipos y el hacinamiento, mientras el Ministerio de Sanidad gazatí asegura que muchos de esos centros médicos están “abrumados por la continua llegada de cadáveres”.
En su informe diario sobre el conflicto, Naciones Unidas subrayó que en las últimas 24 horas se intensificaron los bombardeos y los combates por parte de las fuerzas israelíes, causando al menos 349 muertos y 750 heridos, según cifras del Ministerio de Salud de Gaza.
La ayuda humanitaria se ha reducido a casi la mitad en comparación con la que pudo entrar durante la tregua (en la que accedían a Gaza unos 170 camiones diarios, mientras que el lunes sólo pudieron hacerlo 100); el combustible se ha reducido de 110,000 litros por día a 69,000, señaló la ONU.
“Aunque parezca imposible, puede llegarse a un escenario aún más infernal que el actual, en el que las operaciones humanitarias no puedan desarrollarse”, aseguró ante ello la jefa humanitaria de Naciones Unidas, Lynn Hastings, citada por el informe.
Por segundo día consecutivo, el único lugar de Gaza en el que pudo distribuirse ayuda humanitaria fue Rafah, cerca de la frontera con Egipto, puesto que incluso localidades del sur antes relativamente libres de la ofensiva israelí, como Jan Yunis, ahora son de difícil acceso debido a la extensión a esas áreas de los combates y ataques.
Esa ayuda además se va dificultado cada vez más por los problemas de telecomunicaciones: en la noche del lunes la principal compañía de servicios de telefonía e internet en la franja anunció que suspendía éstos por cortes en sus líneas de fibra, poco después de que parcialmente se interrumpieran en el norte de Gaza.
Según el informe, las autoridades israelíes están ordenando evacuaciones inmediatas en áreas de Jan Yunis habitadas por unas 117,000 personas antes del conflicto y en las que también hay actualmente unos 50,000 desplazados internos en refugios de Naciones Unidas.
Ello ha causado en los últimos dos días un nuevo éxodo de decenas de miles de desplazados hacia Rafah, más al sur, donde según el informe muchas personas a falta de un techo están acampados en las calles.
Además de bombardeos que causaron decenas de muertos en Ciudad de Gaza y en otras áreas, el informe de la ONU denunció violentos combates en la Carretera Saladino, principal arteria de Gaza y única vía de escape de los evacuados del norte al sur de la franja, en los que murieron al menos 17 personas, entre ellos una familia de siete que viajaba en un automóvil.
El informe también menciona un ataque con 10 muertos y 20 heridos en las cercanías de una escuela de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en Jabalia, norte de Gaza, una zona que ya había sido objetivo de bombardeos antes de le tregua de una semana.
La ONU recuerda, citando fuentes gazatíes, que en el conflicto han muerto al menos 15,899 palestinos, incluidos 198 médicos, 112 trabajadores de la ONU, y 77 periodistas.
Los evacuados se elevan a 1.8 millones, casi un 80 % de la población total de Gaza, y 1,1 millones se refugian en escuelas y otras instalaciones de la ONU.