Decenas de personas irrumpieron en el Congreso de Nuevo León mientras legisladores debatían el reemplazo de Samuel García, quien el viernes dejará de nuevo la gubernatura para hacer su campaña presidencial.
En medio de gas, jaloneos y gritos de corrupción de manifestantes, incluyendo encapuchados, la oposición hizo valer su mayoría para nombrar a Luis Enrique Orozco Suárez como gobernador interino.
Se desempeñaba como vicefiscal del ministerio público.
Las personas entraron gritando “fuera el PRIAN”, “corruptos” y “vendidos” mientras avanzaba el trámite legislativo.
La mayoría de los legisladores acusó que eran simpatizantes de Samuel García, que buscaban presionar al poder Legislativo para no hacer el nombramiento.
Los manifestantes estaban presentes desde el inicio de la sesión en las zonas de invitados, pero exigieron más lugares para seguir el debate y corear sus consignas.
Sin embargo, se negaron a seguir los debates desde un salón alternativo y se agolparon en la entrada del salón de plenos.
Contra todo
Los legisladores de Nuevo León llevaron adelante la sesión, pese a que tras el portazo algunas personas subieron a la Mesa Directiva para gritar sus consignas.
Incluso mientras el salón de plenos se llenaba de gas, al parecer de extintores, una voz en el micrófono pedía “no se vayan”.
El presidente de la mesa directiva, Mauro Guerra Villarreal, se negó a suspender la sesión, pese al humo en el salón de plenos.
En dos intervenciones acusó a Samuel García y a la “nueva política” de este ambiente.
En todo momento el panista se negó a frenar el debate, incluso cuando decenas de personas le gritaban “corrupto” y “fuera el PAN”.
El legislador pidió la presencia de la fuerza pública cuando las personas subieron a la mesa directiva a arrebatar el micrófono y jalonearse con legisladores.
De fondo, se leía el acuerdo para dar licencia a Samuel García y dejar como gobernador interino a Luis Enrique Orozco Suárez, quien se desempeñaba como vicefiscal del ministerio público.
La sesión se llevó adelante entre las peleas, el gas y los jaloneos, y la mayoría de los legisladores se mantuvo presente para hacer posible las votaciones.
Al final, el tablero terminó con 25 legisladores a favor, 11 nulos y tres reservas.