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El periodista Noé Zavaleta reveló que la madrugada de este 4 de diciembre fue privado de su libertad por más de tres horas, golpeado y robado, junto a otras dos personas, por un comando fuertemente armado que se identificó como parte del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), cuyos integrantes lo sacaron de un bar en la zona comercial de Guadalajara para poder someterlo y mantenerlo incomunicado.
En entrevista para ‘Aristegui en Vivo,‘ el periodista aclaró que por la mecánica de los hechos, incluyendo su presencia en la ciudad de Guadalajara para presentar un libro y la actuación de los criminales que lo llamaron por otro nombre antes de revisar su teléfono celular, el hecho “no tiene ninguna relación” con su actividad periodística y consideró que al final fue víctima de un hecho delictivo “como los miles que afectan de forma diaria otros mexicanos”.
Además, reconoció que aún cuando los criminales se identificaron como sicarios del CJNG, podría tratarse de imitadores o de una célula criminal que usa las siglas para provocar más miedo en sus víctimas.
De acuerdo con el periodista autor de los libros “Buscadoras” y “El infierno de Javier Duarte”, acudió a Jalisco para presentar el libro “México lindo y herido. Periodismo y crimen organizado desde la mirada de quienes informan” de la académica Elba Díaz Cerveró, por lo que decidió salir a distraerse, ya que su participación era hasta el día siguiente.
Horas de terror
Por esa razón, acudió a un bar de la zona comercial en el que estuvo departiendo hasta que alrededor de las dos de la mañana y ya cerca del cierre, un comando fuertemente armado – con hombres que usaban pasamontañas o medias en la cabeza ocultar su identidad -, ingresó al lugar para después someterlo y privarlo de su libertad, así como a otras dos personas.
Agregó que tras ponerlo pecho tierra, los hombres armados comenzaron a llamarlo por un nombre que no era el suyo y también le dieron una fuerte golpiza, para de inmediato despojarlo de su cartera, su teléfono celular y sus identificaciones, incluyendo la credencial que lo acredita como empleado de un diario en Quintana Roo.
Debido a que su teléfono solo se desbloqueaba con reconocimiento facial, Zavaleta fue obligado varias a levantar la cabeza para que los criminales pudieran acceder a la información de sus tarjetas bancarias, pero la falta de fondos en una de ellas le molestó a los delincuentes que lo volvieron a golpear en represalia.
Con eso me gané que me dejaran el ojo muy morado, lo tengo casi cerrado el ojo derecho y el izquierdo lo tengo menos dañado, hasta que encontrara una tarjeta con la que se pudieron despachar con la cuchara grande.
Posteriormente, comenzaron a llamar a sus familiares y amigos diciendo que eran integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), diciendo a los amigos de Zavaleta que lo tenían secuestrado y que solo lo iban a liberar a cambio de transferencias mayores de 35 mil pesos.
Antes de su liberación, Noé Zavaleta llegó a pensar que podrían ser “sus últimas horas”, tanto por el nivel de violencia como por la identificación de los criminales como supuestos sicarios del CJNG, un grupo delictivo que menciona en su libro “Buscadoras” como responsable de la desaparición de decenas de personas.
Las llamadas extorsivas fueron las que provocaron que el secuestro y robo de Noé Zavaleta se hiciera público, causando preocupación en el gremio, debido a las amenazas que el periodista ha sufrido amenazas por su trabajo con anterioridad.
Por lo anterior, fue el propio Zavaleta quien prefirió aclarar que la violencia sufrida en Jalisco fue un acto delictivo que no tiene relación directa con su trabajo y que todo ocurrió de forma fortuita, es decir, por estar en un lugar de entretenimiento en el que no sólo él, sino otras personas fueron víctimas de robo y privación ilegal de la libertad.
Agregó que tampoco tiene certeza de que los delincuentes formen parte del CJNG, ya que por experiencias previas de otra gente que vive en Jalisco se enteró que hay pequeños grupos criminales que usan el nombre de ese cártel u otros para intimidar más a sus víctimas y evitar que sean denunciados.
Ve la entrevista completa:
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