“Alto a la delincuencia organizada”, “No mates a tu hermano”, “Justicia y Paz”, fueron algunos de los mensajes que miles de indígenas y mestizos escribieron en las lonas que llevaron durante la peregrinación para conmemorar el año jubilar del obispo de San Cristóbal, Samuel Ruiz García; también fue la oportunidad para denunciar el impacto que los cárteles de la droga están dejando en Chiapas y para hacer un nuevo llamado a la paz y la justicia.
La estructura Diocesana que construyeron el Obispo Samuel Ruiz García y los sacerdotes que lo acompañaron en los 40 años, construcción que estuvo a cargo de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, ha permitido a los feligreses que forman parte de lo que llaman Pueblo Creyente, a hacer frente desde su espiritualidad a lo que se puede considerar es una de las peores crisis que enfrenta la población del estado.
Chiapas enfrenta cientos de desapariciones, asesinatos, reclutamientos y desplazamiento forzados, que constituyen la estela de violencia que han dejado los cárteles de la droga, quienes se disputan el territorio chiapaneco y las rutas de tráfico.
Unos 10 mil miles hombres y mujeres peregrinaron este jueves desde cada una de las parroquias que hay en los Altos, Norte y Selva de Chiapas, hasta la catedral de San Cristóbal de Las Casas. Únicamente los feligreses del municipio de Chicomuselo y Frontera Comalapa, las zonas más impactadas por la violencia, no pudieron salir para participar.
Este 2024 es el Año Jubilar con motivo de los 100 años del nacimiento del obispo, los 50 años del Congreso Indígena de 1974 -parteaguas para el nacimiento de estructuras organizativas, entre ellas la del EZLN-, los 10 años del Congreso de la Madre Tierra; y este mes cumplen 13 años de la muerte de Samuel Ruiz.
Luego de caminar desde las entradas a San Cristóbal de Las Casas a la Catedral de la Paz, los feligreses de los pueblos ch’ol, tojolabal, tseltal, tsotsil y zoque, recordaron durante la celebración religiosa que Samuel Ruiz, al dejar el obispado, fue nombrado Canan Lum, el cuidador del pueblo, el que lo ama y lo defiende.
En la celebración donde se integran símbolos de la cultura maya, entre ellas un altar con los cuatro puntos cardinales, oraron “por la paz, porque cese la violencia generada por el crimen organizado”.
Durante la homilía, el obispo auxiliar, Luis Manuel López Alfaro, fue enfático en señalar la actual situación por la que atraviesa la población en Chiapas. “Hoy nos congregan, nos llama para unirnos en oración en ayuno en peregrinación en celebración para pedir a Dios la paz y para construir esta paz; siendo esta una tarea urgente ante la sombra de muerte que va cubriendo nuestro estado de Chiapas, y que en los últimos días se ha hecho más oscura en toda la frontera con Guatemala”.
“Esta oscuridad ha sido generada por grupos criminales que pelean para ver quién va a controlar la frontera con Centroamérica, en su lucha han pasado por encima de las comunidades; les han obligado a alguien a alinearse con ellos o tener que dejar su lugar, perdiendo todo lo trabajado durante su vida”.
“A quienes han opuesto resistencia -continuó el obispo- les han hecho la vida imposible, esto ha traído dolor, sufrimiento, extorsiones, muerte, desaparecidos, comunidades desplazadas, comunidades sin libre tránsito, comunidades diezmadas”.
También, el líder religioso hizo un llamado a la autoridad. Dijo que “no es posible seguir negando la realidad y decir que en Chiapas no pasa nada, aquí sucede de todo y no podemos quedarnos callados ni ser indiferentes ante tanto dolor, frustración, impotencia, al vernos invadidos y gobernados por quienes usan las armas y la violencia. Reconocemos el incremento de la militarización, pero no vemos resultados”.
Por su parte, las miles de personas que integran el Pueblo Creyente, leyeron un comunicado donde también hacen un recuento de la situación que están viviendo, y la respuesta que han tenido de las autoridades, las cuales no han reconocido la situación, ni han detenido el actuar de los grupos del crimen organizado.
“Como Pueblo Creyente continuaremos con la construcción de la paz y caminos de esperanza, buscaremos caminos de diálogo para la resolución de conflictos, evitando la lógica de la violencia, del desprestigio, la venganza y de la crueldad, introyectadas en una gran parte de nuestra sociedad”, expresaron.
En conferencia de prensa que dieron luego de la celebración, el obispo auxiliar e integrantes de la Vicaría Justicia y Paz y del Pueblo Creyente, expresaron que de acuerdo al diagnóstico que hacen las comunidades, el escenario para los meses siguientes en Chiapas es que continuará con mayor crudeza la guerra entre cárteles y las agresiones hacia la población.
Dijeron que en este contexto no hay condiciones para el retorno de las miles de personas que ahora están desplazadas; y advirtieron sobre una situación de hambruna, tanto para desplazados como para quienes se han quedado en los poblados, pero no han podido sembrar ni comercializar sus productos.
En la conferencia, nuevamente pidieron al gobierno de México reconocer la situación por la que están pasando, y tomar medidas para que pueda regresar la paz a las comunidades.
Mientras se llevaba a cabo la peregrinación, en la región de la selva Lacandona continuaron los enfrentamientos entre los cárteles.