BOGOTÁ (apro).- Los gobiernos de México, Brasil y Colombia urgieron hoy a las autoridades electorales de Venezuela a dar a conocer en forma expedita los datos desglosados de las mesa de votación de los comicios del pasado domingo y permitir una “verificación imparcial” de los resultados.
El oficialista Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela dio el triunfo al presidente Nicolás Maduro el domingo sin tener un escrutinio completo de los votos y sin divulgar las actas de los resultados en cada mesa de votación, mientras que los datos recopilados por los testigos de mesa del candidato opositor Edmundo González Urrutia, y varias encuestas a “boca de urna”, le dan a este una amplia la victoria.
En un comunicado conjunto, los gobiernos de los presidentes Andrés Manuel López Obrador (México), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) y Gustavo Petro (Colombia), que han tenido relaciones cordiales con Maduro, afirmaron que las controversias sobre el proceso electoral en Venezuela deben ser dirimidas por la vía institucional.
“El principio fundamental de la soberanía popular debe ser respetado mediante la verificación imparcial de los resultados”, señalaron en la nota luego de hablar por teléfono esta tarde.
Sin mencionar a Maduro, los tres mandatarios izquierdistas –cada uno de los cuales llegó al poder en elecciones democráticas con árbitros imparciales— afirmaron que siguen con mucha atención el proceso de escrutinio de los votos en Venezuela.
El CNE, presidido por el chavista Elvis Amoroso, un político muy cercano a Maduro, lleva cuatro días sin publicar las actas de las mesas de votación y con el portal institucional caído, supuestamente por un hackeo.
A pesar de ello, el pasado lunes, horas después de la elección, sin datos públicos y sin esperar al periodo de impugnación que marca la ley, el CNE declaró a Maduro presidente electo para el periodo 2025-2031, en lo que sería la tercera administración consecutiva del cuestionado mandatario.
Aunque muy cauteloso, el pronunciamiento de López Obrador, Lula y Petro es significativo por tratarse de tres políticos de izquierda de países con gran influencia en la región, dos de ellos, Brasil y Colombia, vecinos de Venezuela.
Además, los tres pueden jugar, en conjunto, o por separado, un papel de facilitadores de una eventual negociación política con la oposición.
Maduro ha expresado su malestar con los pronunciamientos de Petro y Lula, quienes han pedido transparentar los resultados y respetar la voluntad popular, pero ha mantenido contacto telefónico con ellos.
En el comunicado conjunto, López Obrador, Petro y Lula plantearon su disposición “para apoyar los esfuerzos de diálogo y búsqueda de acuerdos que beneficien al pueblo venezolano”.
Estados Unidos, a través del subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, reconoció el miércoles, durante una reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA), el triunfo del opositor González Urrutia.
“Recibió millones de votos más que Nicolás Maduro”, dijo Nichols.
La Unión Europea (UE) ha solicitado “una verificación imparcial de las actas electorales” como única vía para que los resultados de los comicios puedan ser aceptados.
El martes, el Centro Carter, que observó los comicios en Venezuela, señaló que la elección “no puede ser considerada como democrática” porque no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral.
Los observadores de esa ONG, que en el pasado ha avalado varios comicios ganados por el chavismo, señalaron en un reporte que les resulta imposible “verificar o corroborar la autenticidad de los resultados” declarados por el CNE, y que el hecho que la autoridad electoral no haya anunciado resultados desglosados por mesa constituye una grave violación de los principios electorales.
La oposición ha dicho que tiene en su poder copias del 84% de actas electorales y que ese material sustenta una victoria de González Urrutia con de más de 30 puntos sobre Maduro y más de ocho millones de votos.
Varias encuetas a “boca de urna” de empresas independientes confirman esos datos.
El lunes anterior Maduro ordenó reprimir las espontáneas protestas que se registraron en todo el país contra lo que se considera un fraude electoral. Las fuerzas de seguridad del presidente mataron a al menos 11 manifestantes, hirieron de bala a decenas más y detuvieron a más de 200 personas.
López Obrador, Lula y Petro llamaron a los actores políticos y sociales de Venezuela “a ejercer la máxima cautela y contención en sus manifestaciones y eventos públicos con el fin de evitar una escalada de episodios violentos”.
Mantener la paz social y proteger las vidas humanas deben ser las preocupaciones prioritarias en este momento, agregaron.
La líder opositora María Corina Machado, quien fue inhabilitada por el régimen como candidata presidencial y apoya a González Urrutia, convocó para este sábado a una manifestación pacífica en todas las ciudades del país.
El régimen ha amenazado con apresarla a ella y al candidato opositor.
Al mismo tiempo, aumentan las versiones de que un equipo de CNE, bajo control de Maduro, se encuentra elaborando actas de votación apócrifas para presentarlas como “prueba” del triunfo chavista.
Maduro dijo el miércoles que ya tienen el 100 por ciento de las actas, pero hasta la noche de este jueves no las han presentado.