La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó este jueves del “profundo impacto” de la guerra sobre los enfermos crónicos y las personas de edad avanzada en Ucrania, especialmente ante la falta de servicios médicos en zonas del este y el sur del país a medida que se cumplen dos años del inicio de la invasión rusa del territorio.
La organización lamentó el desplazamiento de millones de personas en Ucrania a causa de la guerra y advirtió del “impacto devastador en la salud de la población y la situación humanitaria en zonas expuestas a los combates“. Así, señaló en un comunicado que casi diez millones de personas han tenido que abandonar sus hogares en busca de seguridad, tanto dentro como fuera del país.
En zonas cercanas de los frentes, los equipos de MSF prestan asistencia a numerosos heridos a causa de los bombardeos. “Dada la continua presión a la que está sometido el sistema sanitario ucraniano, y con un flujo continuo de pacientes que necesitan ser derivados debido a lesiones traumáticas, especialmente en las regiones de Donetsk, Jersón, Dnipró y Zaporiyia, las ambulancias de MSF derivan a los pacientes a otros hospitales donde pueden recibir la atención adecuada”, explica el documento, que apunta a que a lo largo de 2023 las ambulancias de la ONG trasladaron a más de 10.500 pacientes, de los cuales el 57 por ciento había sufrido traumas violentos.
“Hace unos seis meses, todo fue bombardeado: el puesto médico, la farmacia y todas las infraestructuras destruidas… Pero no fue el final. Construimos casas, reforzamos nuestra comunidad”, aseveró con orgullo Liudmila Karatsiuba, residente de una localidad cercana a Kupiansk, una de las zonas más inestables del frente de guerra, en el noreste del país.
Tras la retoma parcial de la región de Járkov por parte de las fuerzas ucranianas en septiembre de 2022 y el alejamiento de la línea del frente de Kupiansk, los equipos de MSF llegaron al pueblo de Liudmila para ofrecer tratamiento médico, tal y como puntualizó la organización, que también denunció que los servicios sanitarios son “precarios” en las zonas que fueron recuperadas por las tropas ucranianas.
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El coordinador médico adjunto de MSF en Ucrania, Maksim Zharikov, afirmó que “sigue siendo urgente prestar servicios médicos a los pacientes que residente a unos 30 kilómetros de la línea de frente”, los cuales, en su mayoría, son mujeres mayores con enfermedades crónicas que “requieren observación continua”.
En las zonas que se han visto gravemente afectadas por los combates, los servicios básicos “se han paralizado por completo”, recoge el comunicado. “Tenemos dos equipos: uno compuesto por médicos, enfermeros y psicólogos, y otro solo con psicólogos que realizan consultas de salud mental. Visitan con regularidad varias localidades situadas por encima del río Dniéper, que marca la línea de frente en estos momentos”, ha explicado Diego Ráfales, coordinador de MSF en las regiones de Mikolaiv y Jersón.
Aunque el sistema sanitario ucraniano ha realizado notables esfuerzos, la situación sigue siendo desesperada, tal y como la ha descrito la ONG, que estima que la mayor parte de la respuesta sanitaria corre a cargo de organizaciones humanitarias y grupos de voluntarios locales.
“Es importante recalcar que las instalaciones médicas no se han librado ni mucho menos de este patrón de devastación que se extiende a muchas infraestructuras civiles. Los ataques a las estructuras médicas y al personal sanitario afectan de manera decisiva a las capacidades del sistema sanitario y son inaceptables. Hemos visto muchas instalaciones dañadas cerca de los frentes y en zonas retomadas de Jersón, Járkov, Mikolaiv y Donetsk”, ha subrayado Ráfales.
“El pasado 13 de febrero los ataques alcanzaron un hospital en la ciudad de Jersón y obligaron al equipo quirúrgico de MSF a buscar refugio en el búnker. (…) Otro ataque alcanzó un hospital en Selidove (Donetsk) matando a tres personas e hiriendo a seis”, ha explicado.
De esta forma, puntualizó que a dos años del recrudecimiento del conflicto, muchas personas viven en casas dañadas, a menudo en “condiciones calamitosas”, sin electricidad, calefacción, agua ni medicamentos adecuados, en zonas sembradas de minas terrestres y “bajo la amenaza constante de la violencia”.
“Han sufrido violencia, pérdidas, aislamiento y miedo; el país está sufriendo un trauma colectivo, las necesidades de atención psicológica son enormes, y sin una asistencia adecuada el riesgo de desarrollar trastornos mentales más graves es mayor”, ha afirmado.
El año pasado, las clínicas móviles de MSF realizaron 12.724 consultas psicológicas individuales. “Nuestros equipos ven que la gente está destrozada por lo que ha pasado y sigue pasando y por la incertidumbre y el temor generados por la guerra. Algunas personas están experimentando fuertes efectos psicológicos. El trastorno de estrés postraumático, la ansiedad y los ataques de pánico son síntomas comunes que vemos en muchas partes de Ucrania, tanto si la persona ha huido de los combates como si se ha quedado en las zonas atacadas”, ha expuesto.