Por Juan Alberto Vázquez
Mario Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo fue sentenciado por una juez de la Corte Federal del Distrito Este de Texas a 14 años 5 meses de prisión, derivado de una acusación donde se le señala de conspirar para distribuir y poseer con la intención de distribuir cocaína a los Estados Unidos.
Por su parte, su hermano Osiel, saldrá de prisión en agosto de este 2024 al cumplir sólo 21 de los 25 años a los que fue sentenciado.
Mario, también conocido como “El M1”, “El Metro” o “El Gordo”, recibió en abril de 2021 en México una condena de 20 años por delitos de delincuencia organizada en modalidad de narcotráfico, así como por funciones de administración, dirección y supervisión de un cártel.
Con esta nueva sentencia en Texas, donde le tomarán como crédito los años que lleva preso desde su detención en el 2012, su nueva fecha de salida en los Estados Unidos se halla programada para la primavera del 2026.
Sin embargo, según el protocolo actualizado del tratado de extradición entre México y Estados Unidos, firmado en 1997 durante la administración del presidente Bill Clinton, el gobierno mexicano puede reclamar a este acusado para que, una vez que haya cumplido con su sentencia texana, regrese a México a cumplir los 6 años de los 20 del castigo que no completó.
“Una entrega temporal no reubica a un prisionero con el fin de cumplir una sentencia, sino sólo con fines de juicio, después del cual debe regresar para cumplir las sentencias impuestas en las respectivas partes”, dice un párrafo del citado protocolo.
Extraditado en mayo del 2022 a Estados Unidos, las investigaciones del Departamento de Justicia apuntan a que Mario Cárdenas Guillén fue dirigente del Cártel del Golfo (CDG).
Tras la detención de Osiel en el 2003, Mario se unió en el 2007 a Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, “Tony Tormenta”, y a Eduardo Costilla Sánchez, “El Coss”, en la conducción del cártel, hasta que fue aprehendido de nueva cuenta en el 2012.
Durante 30 años, “El Metro” ha estado en libertad solamente 6 de ellos, ya que fue arrestado en 1995 por delitos de delincuencia organizada y salió del Penal de Puente Grande, Jalisco, en 2007.
El lustro siguiente implicó el de mayor actividad en su control del Cártel del Golfo, hasta su detención el 3 de septiembre del 2012 en Altamira, Tamaulipas. Pese a haber estado en la cárcel la mayor parte del tiempo, la acusación de la corte texana dice que desde el 2000 al 2012 participó en la conspiración para transportar cocaína.
Horas después de su sentencia, dictada el pasado 18 de diciembre, la juez Marcia Crone aceptó por otro lado, la petición del gobierno de imponer una multa de 10 millones de dólares a Mario Cárdenas Guillén quien recién cumplió 65 años. Además, la misma magistrada le impuso un periodo de 5 años en el cual deberá reportarse con un oficial de libertad condicional, a menos que el gobierno mexicano lo reclame de vuelta para que termine de pagar los años que le restan.
Por cierto, aunque en su ficha del Buró de Prisiones (BOP) se muestra la leyenda “No está bajo custodia del BOP” puede ser que se halle en la etapa de traslado hacia su penal definitivo o que todavía esté bajo el cuidado de los sherrifes en el este de Texas.
En el documento donde se ofrecen detalles de su sentencia y los términos de su libertad condicional, el tribunal sugiere que sea enviado a la Institución Correccional Federal Three Rivers, ubicada en el condado Live Oak, en el mismo estado de la estrella solitaria.
Cuando los Cárdenas Guillén manejaron el CDG
Según autoridades de los Estados Unidos, el origen del Cártel del Golfo, data de los años 30 del siglo XX cuando, durante la prohibición, Juan Nepomuceno Guerra contrabandeaba licor a Estados Unidos desde Matamoros, Tamaulipas.
Aunque el mayor crecimiento de esta organización vino en la década de los 70 de la mano de Juan García Ábrego, primer narco mexicano en ingresar al top ten de los más buscados.
Tras el arresto de este capo en 1992, y los intentos de varios gatilleros por quedarse con el control del grupo delictivo, finalmente fue el joven Osiel Cárdenas Guillén, en ese momento de 20 años, quien tomó las riendas a partir de 1999.
Debido a presiones de cárteles rivales ansiosos por tomar control del cotizado estado fronterizo, Osiel reclutó a más de 30 desertores del ejército adscritos al Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) para que actuaran como el ejército privado del CDG. Fueron bautizados como Los Zetas y además del trasiego de drogas, llegaron a imprimirle una violencia inédita al negocio diversificándolo con secuestros, extorsiones, tráfico de armas y personas o prostitución, entre otras modalidades. En algún momento se convirtieron en un cartel independiente hasta alcanzar notoriedad nacional.
Por su parte, Osiel cayó en el 2003 en Tamaulipas, aunque su extradición a Estados Unidos se concretó hasta 2007. En el 2010 llegó a un acuerdo de culpabilidad para no irse a juicio y evitar las cadenas perpetuas de su antecesor García Abrego.
Recibió 25 años de cárcel y fue obligado a pagar una multa de 50 millones de dólares y ahora pasa los últimos meses de su estancia en la penitenciaría Terre Haute en Indiana de donde saldrá, a sus 55 años, en agosto del 2024, luego de cumplir 21 años preso.
No recibió el mismo beneficio, por ejemplo, “El Coss”, quien en septiembre del 2022 fue sentenciado a cadena perpetua.
Por su parte, y a diferencia de su hermano Mario, no se sabe que Osiel tenga un periodo de cárcel pendiente por cumplir con la justicia mexicana.