(Radio France Internationale).- Las cosas han cambiado en Francia desde el año pasado. Este año ya no hay eslóganes detrás de los cuales se encuentren todos los sindicatos, como ocurrió durante la batalla contra la reforma pensional. La CGT, la Confederación General del Trabajo, reivindica la justicia social, la paz y la solidaridad internacional, pensando en la situación de Gaza.
Por el lado de la CFDT, una de las cinco mayores sindicatos franceses, su dirigente, Marylise Léon participará en Estrasburgo de un debate sobre Europa, reclamando una Europa más protectora para los trabajadores. Por su parte, Frédéric Souillot, de otro sindicato mayoritario, Fuerza Obrera, estará en Montauban, lo que no significa que no haya una lucha común por el poder adquisitivo, sobre todo en este periodo de inflación.
La intersindical también se ha pronunciado en los últimos meses, más recientemente contra la ley de inmigración y la reforma del seguro de desempleo, el próximo gran tema social de esta primavera. Además, incluso sin un lema nacional, incluso en ausencia de algunas de las principales figuras de París, la mayoría de los sindicatos han decidido manifestarse una vez más, juntos, unidos también por un gobierno que nunca ha intentado realmente jugar la carta del diálogo social.
En la ciudad de Marsella se congregaron unas 3,000 personas, en Rennes 1,400, según la prefectura, y en Nantes entre 4,000 y 5,000, según un periodista de la AFP. Se registraron daños en comercios de Nantes y se lanzaron gases lacrimógenos. En Toulouse hubo 3,000 manifestantes, según la prefectura, y 8.000, según los organizadores. La marcha, que tuvo lugar bajo la lluvia, se celebró entre banderas sindicales y palestinas. Las pancartas decían “Stop a la guerra, aumento de salarios” y “Contra la precariedad laboral”.
Se registraron daños en Lyon. Al menos 17 personas fueron detenidas. Hubo 6,500 manifestantes, según la prefectura, y 13,000 según la CGT. El líder del Partido Comunista Francés, Fabien Roussel, se manifestó en Lille para “situar la cuestión social en el centro de las elecciones europeas”.
En Saint-Etienne, se impidió al cabeza de lista del partido PS-Place Publique a las elecciones europeas, Raphaël Glucksmann, no se unió a la marcha después de que decenas de militantes le lanzaran pintura y le gritaran “Glucksmann, lárgate” y “Palestina vivirá”.
“El impulso que estamos construyendo en la izquierda frustran a los partidarios de la violencia”, declaró Raphaël Glucksmann al medio francés franceinfo. “Esta gente no impresiona a nadie y no tiene el monopolio de ninguna lucha”, añadió.
Reivindicaciones estudiantiles
Aunque las cuestiones sociales fueron la prioridad, la situación en Gaza y el apoyo a la causa palestina también ocuparon un lugar destacado en la marcha.
Éléonore Schmitt, portavoz del Sindicato de Estudiantes, con una kefia palestina al cuello, encabezaba la marcha junto a otros dirigentes sindicales. Ella sigue de cerca este movimiento, especialmente evidente en Columbia y Science Po.
“Estamos observando lo que ocurre en Estados Unidos, y también lo que ocurre en todo el mundo. Hay varias movilizaciones, incluso en este momento, por ejemplo, en Japón y Corea del Sur, donde los estudiantes también se están movilizando. Y es importante que destaquemos todas estas movilizaciones para demostrar que no es sólo un caso de Sciences Po. Tampoco es exclusivo de Columbia, sino que es una movilización mundial. La apoyamos, más que eso, la alentamos y llamamos a la movilización. Para nosotros, es importante que los estudiantes de hoy lleven esta voz internacionalista que siempre ha sido la suya. Ha habido varios conflictos en el pasado en los que los estudiantes se han movilizado con fuerza. Y lo que vemos, sobre todo, es que la represión a la que nos enfrentamos es inmensa”.