El frío del otoño es un claro indicador de que el año 2023 se encuentra a nada de terminar y con ello llegan la temporada de fiestas que muchas personas aman; pero además de los vientos helados y el sol que quema, este final de año también se encuentra acompañado de adornos muy particulares como lo es el Árbol de Navidad y las famosas luces de colores que llenan las ventanas de cada casa, pero aunque estos destellos sean lo mejor de las fechas, expertos han descubierto que podrían dañar gravemente el medio ambiente.
¿Por qué las luces de Navidad dañan el medio ambiente?
Es común que las luces de colores sean un distintivo de la Navidad, por lo que muchas personas e incluso ciudades enteras destinen grandes cantidades de dinero para este adorno, siendo una tradición arraigada en distintos países y es que el deslumbrante despliegue de luces navideñas, si bien agrega un toque festivo y atractivo a las ciudades, también contribuye a la exacerbación de la contaminación lumínica.
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Un equipo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid ha señalado que uno de los posibles efectos adversos del uso de las luces navideñas es la caída de ramas en los árboles más iluminados; de la misma forma, las luces en las ciudades, especialmente durante la temporada navideña, inciden en el sueño, la regulación hormonal y la capacidad de orientación de las aves y en situaciones más críticas, el exceso de luz se vincula con la mortalidad masiva de algunas especies.
No obstante, la flora también experimenta impactos negativos debido a la contaminación lumínica, ya que otros estudios recientes demuestran que la exposición constante a la luz artificial induce alteraciones en las redes tróficas, floración y crecimiento de las plantas. Estos hallazgos subrayan la necesidad de ampliar la investigación sobre los efectos de la iluminación urbana, especialmente durante eventos festivos como la Navidad.
¿Cómo evitar la contaminación lumínica en Navidad?
Aunque una de las opciones más usadas para evitar los daños del medio ambiente son las luces LED, pero según un estudio de la revista Ciencias de la Energía y el Medio Ambiente sugiere que “cuando la luz se vuelve más barata”, se tiende a iluminar nuevas áreas “que antes no estaban iluminadas”, generando a largo plazo un mayor consumo y contaminación; este fenómeno, denominado “efecto rebote”, implica que los beneficios en eficiencia luminosa con la tecnología LED pueden perderse debido al uso de un mayor número de bombillas.
Otro factor crucial para evaluar las consecuencias de las luces navideñas, a pesar del uso de la tecnología LED, es la duración del encendido, ya que datos de la Fundación Adeces revelan que hace unos años, el alumbrado navideño se mantenía encendido durante una media de 35 días, pero ahora ciudades muy grandes se extiende este periodo, alcanzando los 45 días en 2023, el aumento en la duración del encendido contribuye al fenómeno de la contaminación lumínica, que, según un estudio publicado en la revista Science Advance, crece a un ritmo del 2.2% anual en el planeta, atribuido al mayor uso en respuesta al menor costo de la luz.
¿Qué es la contaminación lumínica?
La contaminación lumínica se refiere a la presencia excesiva e inapropiada de luz artificial en el entorno nocturno, este fenómeno resulta de la emisión de luz innecesaria o mal dirigida que afecta negativamente al ambiente natural y a la visibilidad del cielo nocturno, por lo que es una forma de contaminación ambiental que se ha vuelto cada vez más prevalente con el aumento de la urbanización y el desarrollo de la tecnología de iluminación.
Según expertos, la contaminación lumínica tiene consecuencias negativas para la astronomía, la ecología y la salud humana, además, dificulta la observación astronómica al reducir la visibilidad del cielo nocturno, afecta a la fauna y flora al interferir con sus ritmos naturales, y puede tener efectos adversos en la calidad del sueño humano.
Para abordar este problema, se están implementando medidas como el diseño de sistemas de iluminación más eficientes, regulaciones sobre el uso de iluminación exterior y la promoción de conciencia pública sobre los impactos de la contaminación lumínica y la importancia de la oscuridad nocturna.