MADRID (EUROPA PRESS).– El número de casos de cólera registrados en los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) notificados en 2023, hasta el 15 de diciembre, superaron al de 2022 con más de 667 mil casos y 4 mil muertes notificadas.
Así lo comunicó este viernes la OMS a través de un informe que recoge los datos preliminares, aunque señaló que estas cifras deben interpretarse con cautela, dadas las diferencias en los sistemas de vigilancia y la capacidad de los distintos países, lo que significa que “los datos de 2023 no son directamente comparables con los informes de años anteriores”.
Desde la publicación del último informe de situación sobre el brote multinacional de cólera el 7 de diciembre de 2023 (que incluía datos hasta el 15 de noviembre), y hasta el 15 de diciembre de 2023, un nuevo país (Togo) notificó un brote de cólera o diarrea acuosa aguda (DAG). En total, al menos 30 países notificaron casos desde el 1 de enero de 2023.
Ha pasado casi un año desde que la OMS clasificó el resurgimiento mundial del cólera como emergencia de grado 3, el nivel interno más alto para una emergencia sanitaria que requiere una respuesta integral en los tres niveles de la organización. Actualmente, la OMS revisa su respuesta al cólera a nivel mundial para determinar las principales enseñanzas y realizar los ajustes basados en pruebas que sean necesarios para coordinar mejor las actividades en los próximos meses.
Teniendo en cuenta el gran número de brotes y su expansión geográfica, junto con la escasez de vacunas y otros recursos, la OMS sigue evaluando el riesgo a nivel mundial como muy alto.
El cambio climático y los conflictos están aumentado los casos
El cólera es una infección intestinal aguda que se propaga a través de los alimentos y el agua contaminados con la bacteria ‘Vibrio cholerae’, a menudo procedente de las heces. El cólera puede prevenirse con agua potable y saneamiento. Puede matar en cuestión de horas si no se trata, pero el acceso inmediato al tratamiento salva vidas.
Aunque los factores desencadenantes de los brotes de cólera –como la pobreza y los conflictos– son duraderos, el cambio climático y los conflictos están agravando el problema. Fenómenos climáticos extremos como inundaciones, ciclones y sequías reducen el acceso al agua potable y crean un entorno ideal para que prospere el cólera.
Para la OMS, este aumento de brotes y casos está poniendo a prueba la capacidad mundial de respuesta, ya que hay escasez de herramientas contra el cólera, incluidas las vacunas.
Por todo ello, la Organización Mundial de la Salud asegura que está respondiendo con urgencia para reducir las muertes y contener los brotes en países de todo el mundo.