SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chis.- El narcocorrido La avioneta blanca (2022), del grupo Extremo Norte. La Furia Potosina, que se puede escuchar en la plataforma de YouTube, retrata lo que ahora se padece en casi toda la región de la Selva Lacandona, otrora bastión exclusivo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN):
“Salió una avioneta blanca, su destino era la selva, la traían bien cargada del país de Venezuela, ahí lo estaban esperando para bajarla en la frontera. El bimotor color blanco venía surcando los cerros, los radares detectaron esa paloma de acero, mas no pudieron tumbarla y llegó sin contratiempo.
“Se aventó muy buena seña, sobrevolando la zona, y con media tonelada de producto de Colombia, el patrón quedó contento en la Selva Lacandona”.
Las narcopistas o pistas clandestinas de aterrizaje empezaron a proliferar en la región de la Selva Lacandona, un macizo forestal en Chiapas que año con año se va degradando paulatinamente, en cuyas más recónditas comunidades germinó el EZLN desde 1983 y desde donde emergió el 1 de enero de 1994 para saltar al escenario político nacional y mundial y poner en la agenda las demandas de los pueblos originarios.
En enero de 2023 las Fuerzas Armadas mexicanas detectaron, persiguieron e interceptaron una aeronave con 270 kilos de cocaína, armas de fuego y dos personas a bordo.
El avión aterrizó a 24 kilómetros al noreste de San Quintín y al área arribaron helicópteros de la Fuerza de Reacción Helitransportada, peritos y elementos de la Fiscalía General de la República (FGR).
Zonas arqueológicas arrebatadas
En Bonampak, en el contexto de la pandemia, grupos indígenas expulsaron al personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de la zona arqueológica, con el argumento de cobrar ellos el acceso a los turistas. A la par empezaron a descender avionetas sospechosas en la pista de aterrizaje destinada al descenso de turistas. Una pista similar está en la zona arqueológica de Yaxchilán, junto al río Usumacinta, que divide a México con Guatemala, en su región selvática de El Petén.
En más de una ocasión, cuando el Ejército y la Guardia Nacional intentaron intervenir para asegurar las aeronaves y los cargamentos, las fuerzas federales fueron sometidas por los pobladores locales, que los humillaron y obligaron a devolver lo decomisado.
Desde su gestación hace 40 años y del alzamiento armado hace 30, el EZLN y sus comunidades bases de apoyo jamás habían sentido la presión de un grupo externo como el que llegó y se asentó con la complicidad de actores locales, para traficar migrantes, drogas, mercancía legal, armas, combustible o ganado de contrabando.
Al declarar la desaparición de los Municipios Autónomos Rebeldes y las Juntas de Buen Gobierno el 5 de noviembre último, el EZLN denunció que que muchas presidencias municipales en Chiapas están ocupadas por “sicarios legales” o “crimen desorganizado (sic)”.
“Hay bloqueos, asaltos, secuestros, cobro de piso, reclutamiento forzado, balaceras. Esto es efecto del padrinazgo del gobierno del estado y la disputa por los cargos que está en proceso. No son propuestas políticas las que se enfrentan, sino sociedades criminales. Entonces, pues claro les decimos que, a diferencia de otros años, no es seguro”, dijo el subcomandante insurgente Moisés en la misiva.
Y añadió que San Cristóbal de las Casas, Comitán, Las Margaritas y Palenque “están en manos de uno de los cárteles del crimen desorganizado (sic) y en disputa con otro.
“En las comunidades rurales el problema es más grave aún. Eso lo gritan quienes las habitan en todas las regiones de Chiapas, particularmente en toda la franja fronteriza con Guatemala”.
Invasión letal
Desde 2020 actividades ilícitas relacionadas con el narcotráfico proliferaron en la selva. En 2023 los pobladores de las diversas comunidades empezaron a padecer la desaparición de personas, asesinatos, secuestros y desplazamientos forzados.
El 20 de marzo último el presidente Andrés Manuel López Obrador, en la conferencia matutina que dio en la sede de la VII Región Militar, en Tuxtla Gutiérrez, admitió: “En efecto, en la Lacandona, cerca de Bonampak, ahí hay pistas clandestinas; están manejadas por uno de los cárteles, están aterrizando aviones con droga”.
Fragmento del reportaje publicado en la edición mensual 0007 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.