Las candidaturas a la Jefatura de Gobierno de la CDMX | Artículo

Las candidaturas a la Jefatura de Gobierno de la CDMX | Artículo

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Por: Rogelio Muñiz Toledo

“La formación de los grupos dirigentes, incluyendo sus orígenes
sociales, arrojan una luz considerable sobre la apertura del proceso
de reclutamiento y la fluidez de los canales de la dirigencia“

En 2024 se cumplen 27 años desde que por primera ocasión las y los capitalinos pudimos elegir a quien encabeza el gobierno de la capital de la república. Entre 1997 y 2018 se celebraron cinco elecciones en las que se mantuvo una hegemonía de la élite gobernante. Cuatro triunfos consecutivos de una coalición electoral encabezada por el PRD y en 2018 el triunfo de una alianza electoral liderada por un partido emergente que muy pronto llegó a ser dominante en la política nacional: Morena.

Durante esas casi tres décadas el reclutamiento para el acceso al poder político en la Ciudad de México ha evolucionado desde escenarios en los que la principal vía para llegar a la candidatura a la Jefatura de Gobierno era alcanzar una posición destacada en la política nacional (1997 y 2000) hasta procesos políticos en los que las candidaturas han recaído mayoritariamente en actores con carrera política en la Ciudad de México (2006 a 2024), lo que parece perfilar la formación de una clase política local.

En la primera elección para la Jefatura de Gobierno (1997) los tres aspirantes más competitivos eran políticos no nacidos en la Ciudad de México que habían hecho carrera política en sus estados de origen y destacado principalmente en el ámbito nacional. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (PRD) había sido senador y gobernador de Michoacán postulado por el PRI, subsecretario de estado, dos veces candidato presidencial por una coalición opositora al PRI (en 1988 y 1994 y lo volvería a ser en 2000) y el primer presidente nacional del PRD; Alfredo del Mazo González (PRI) había sido gobernador del Estado de México y secretario de estado en el gobierno de Miguel de la Madrid; Carlos Castillo Peraza (PAN) había sido candidato a la gubernatura de Yucatán y presidente nacional del PAN.

En la elección del 2000 aún era notoria la prevalencia de la carrera política en el ámbito nacional como el factor determinante para obtener la candidatura. Andrés Manuel López Obrador (PRD) había sido candidato a la gubernatura de su natal Tabasco y presidente nacional del PRD; Santiago Creel Miranda (PAN) había destacado como un relevante opositor al régimen político en el periodo de la transición a la democracia; Jesús Silva-Herzog Flores (PRI) había sido un destacado y respetado secretario de hacienda y de turismo en los gobiernos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas. Solo uno de los tres candidatos más competitivos no era originario de la Ciudad de México: López Obrador. El peso de la carrera política a nivel local aún no era determinante, pero comenzaba un cambio de tendencia.

La elección de 2006 marcó el comienzo de una tendencia hacia el reclutamiento político a partir de actores políticos locales y con un creciente papel de las mujeres en la obtención de las candidaturas (desde la elección de 2006 hasta la de 2024 siempre ha habido al menos una mujer muy competitiva en las candidaturas de los tres principales partidos). Marcelo Ebrard (PRD) había hecho su carrera política en la Ciudad de México como brazo derecho de Manuel Camacho desde los tiempos del Departamento del Distrito Federal -a finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado- y había sido diputado y secretario en el gabinete de López Obrador (2002-2005); Demetrio Sodi (PAN) tenía una carrera legislativa de 15 años en la Ciudad de México, con militancia en los tres principales partidos políticos nacionales (PRI, PRD, PAN); Beatriz Paredes (PRI) tenía una amplia carrera política a nivel nacional y había sido gobernadora de su natal Tlaxcala.

La tendencia a reclutar mayoritariamente políticas y políticos originarios de la Ciudad de México se ha sostenido desde la elección de 2000 hasta la de este año. Aunque solo en 2018 y en 2024 las candidaturas de los tres principales partidos las obtuvieron exclusivamente personas oriundas de la capital de la república.

En 2012 se mantuvo la tendencia al reclutamiento de actores políticos locales. Miguel Ángel Mancera (PRD) había hecho una fugaz y exitosa carrera política en el gobierno de la Ciudad de México; Isabel Miranda (PAN) había salido a la escena pública como activista social, destacadamente en la capital de la república. La excepción fue nuevamente Beatriz Paredes, la candidata del PRI.

Para 2018 las candidaturas de los tres principales partidos recayeron en actores políticos nacidos en la Ciudad de México, dos con una amplia carrera política en la capital de la república. Claudia Sheinbaum había sido secretaria de medio ambiente en el gobierno de López Obrador y jefa delegacional en Tlalpan y Alejandra Barrales había sido secretaria de turismo y educación en los gobiernos de Ebrard y Mancera y tenía una carrera legislativa de 15 años en la Ciudad de México. La excepción fue Mikel Arriola quien venía de puestos en el gobierno federal con los presidentes Calderón y Peña.

Esta semana han terminado las precampañas para la Jefatura de Gobierno y si analizamos los perfiles de quienes aspiraron a las candidaturas para la elección de 2024 encontramos que se han consolidado tres tendencias: el reclutamiento de aspirantes que forman parte de las élites políticas locales, preferentemente con carreras políticas que incluyan cargos de elección popular; la obtención de las candidaturas por personas oriundas de la Ciudad de México; y la presencia de mujeres altamente competitivas en las candidaturas. Esto último confirma la tendencia ya señalada (Paredes en 2012, Sheinbaum y Barrales en 2018 y Brugada en 2024).

Clara Brugada.

Para contar con más elementos para observar las tendencias en el reclutamiento de aspirantes y en la formación de una clase política local, revisé no solo los perfiles de la y los virtuales candidatos (Brugada por Morena, Taboada por la coalición opositora -PAN, PRI, PRD- y Chertorivski por Movimiento Ciudadano -MC-) sino de quienes se inscribieron para participar en los procesos internos de los partidos y/o de quienes declinaron por algún aspirante o se “bajaron” de la contienda de último momento. En total se consideraron 16 aspirantes: siete de Morena, cuatro del PAN, dos del PRI, dos del PRD y uno de MC.

En todos los casos se cuidó no utilizar en el análisis ninguna de las categorías sospechosas identificadas por la Suprema Corte, es decir, las contenidas en el último párrafo del artículo 1º. constitucional: el género, el origen étnico o nacional, la condición social, la edad (obviamente, siempre y cuando se cumpla con el requisito del artículo 32 de la Constitución Política de la Ciudad de México de tener 30 años cumplidos al día de la elección), las discapacidades, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales o el estado civil.

Se analizan los perfiles de las y los aspirantes de Morena (Clara Brugada, Omar García Harfuch, Hugo López-Gatell, Mariana Boy, Miguel Torruco Garza, Ricardo Monreal y Mario Delgado; Monreal y Delgado se bajaron de último momento de la contienda pero fueron serios aspirantes, incluso con más posibilidades que algunos de los que se inscribieron en el proceso interno); del y las aspirantes del PAN (Santiago Taboada, Lía Limón, Kenia López y Margarita Zavala, las tres declinaron de último momento en favor de Taboada); de la y el aspirantes del PRI (Adrián Rubalcava y Cynthia López, quien declinó por Rubalcava) y del PRD (Nora Arias y Luis Espinosa Cházaro, la dirigente del partido en la Ciudad de México finalmente decidió no inscribirse al proceso) y del aspirante de MC, Salomón Chertorivski.

García Harfuch, Delgado, Monreal y Espinoza Cházaro no nacieron en la Ciudad de México. El primero ha dicho que, aunque el registro de su nacimiento se hizo en Morelos, nació en la capital de la república. Solo Mariana Boy, Monreal, Delgado y Chertorivski habían aspirado a la candidatura en elecciones pasadas y solo Monreal ya ha gobernado una entidad federativa previamente (su natal Zacatecas). Monreal, Delgado, Limón, López-Gatell y Chertorivski tienen carrera a nivel federal (los dos primeros como líderes parlamentarios y/o partidistas, Limón como subsecretaria de Gobernación en el sexenio de Peña y los dos últimos en el sector salud como subsecretario y secretario de estado en los gobiernos de López Obrador y Calderón, respectivamente). Lo que confirma la prevalencia del trabajo político local para obtener la candidatura.

Respecto de las universidades como fuente de reclutamiento de las élites políticas, solo seis egresaron de universidades públicas (Kenia López, Taboada y López-Gatell de la UNAM; Brugada y Arias de la UAM y Monreal de la Universidad de Zacatecas). Nueve estudiaron derecho, tres economía, dos administración, uno medicina y uno mercadotecnia. García Harfuch estudió dos licenciaturas (en derecho y en seguridad pública). Trece tienen estudios de posgrado, seis de ellos en el extranjero. Cuatro tienen estudios de doctorado. El dato relevante es que el 60 por ciento estudió en universidades privadas.

En relación con la militancia y el activismo político, salvo López-Gatell los otros quince tiene militancia partidista: cinco en Morena, cuatro en el PAN, dos en el PRI, dos en el PRD, una en el PVEM y uno en MC. García Harfuch se afilió a Morena unos días antes de inscribirse al proceso interno en busca de la candidatura. Tres militaron en el PRD antes de ingresar a Morena, una fue legisladora por el PVEM luego de haber renunciado al PAN. Monreal ha militado o sido candidato de cinco partidos (PRI, PRD, PT, MC y Morena). En conclusión, los partidos siguen siendo la principal vía de acceso a las candidaturas. Solo García Harfuch y López-Gatell podrían ser considerados outsiders de la política.

Respecto de la experiencia de gobierno, el reclutamiento se ha movido del gabinete presidencial hacia el gobierno local y el tercer orden de gobierno (jefaturas delegacionales y, a partir de 2018, alcaldías). Solo tres han sido titulares de una subsecretaría o secretaría en gabinetes del gobierno federal. En contraste, cuatro han sido parte del gabinete legal o ampliado del gobierno local y seis han sido electos para gobernar demarcaciones territoriales (tres de ellos, Brugada, Taboada y Rubalcava en tres ocasiones, logrando incluso la reelección).

Los aspirantes también acumulan experiencia legislativa importante. Trece han sido legisladores, nueve en más de una ocasión y tres han pasado por el Senado. Cuatro fueron constituyentes de la Ciudad de México (Clara Brugada, Cynthia López, Kenia López y Santiago Taboada). Solo García Harfuch, López-Gatell y Mariana Boy no tienen experiencia legislativa.

La edad no es un criterio de análisis de los perfiles. Sin embargo, sin que el dato implique valoración alguna sobre el perfil de las y los aspirantes, sí es importante señalar, como un elemento para evaluar la renovación de las élites políticas en la Ciudad de México, que el promedio de edad de las y los aspirantes es de 49 años, con un rango que va de los 35 a los 63 años.

Agrego un dato que, aunque pudiera parecer solo anecdótico, es relevante si se considera que puede ser un factor importante en el reclutamiento de las élites políticas. Los padres de tres aspirantes han ocupado secretarías de estado en el gobierno federal: Javier García Paniagua, padre de Omar García Harfuch, fue secretario de la Reforma Agraria y del Trabajo y presidente nacional del PRI con el presidente López Portillo e hijo de Marcelino García Barragán, quien fuera secretario de la Defensa Nacional con el presidente Díaz Ordaz; Miguel Limón Rojas, padre de Lía Limón García, fue secretario de la Reforma Agraria y de Educación con el presidente Zedillo; y Miguel Torruco Marqués, padre de Miguel Torruco Garza, es el secretario de Turismo en el gobierno del presidente López Obrador y ocupó el cargo equivalente en el gobierno de Mancera en la Ciudad de México.

Un último dato: Mariana Boy fue candidata del PVEM a la Jefatura de Gobierno en 2018 -ocupó el cuarto lugar en la elección- y Monreal y Delgado ya habían buscado o sido mencionados para ser candidatos en más de una ocasión. En 2012 Monreal fue “destapado” como posible candidato por el PT y Delgado fue aspirante por el PRD. En 2018 ambos fueron precandidatos por Morena.

Además de los ya mencionados en el párrafo anterior, de 2000 a la fecha al menos otras cinco personas han aspirado a la Jefatura de Gobierno en más de una ocasión. De los ocho solo Marcelo Ebrard logró ser electo en el segundo intento. Ebrard fue candidato del extinto Partido de Centro Democrático en 2000 -declinó por López Obrador- y en 2006 lo fue por el PRD y ganó la elección; Beatriz Paredes fue candidata del PRI en 2006 y 2012 (ocupó los lugares tercero y segundo, respectivamente); Alejandra Barrales fue precandidata en 2012 y candidata en 2018 (quedó en segundo lugar), en ambas ocasiones por el PRD; Salomón Chertorivski fue precandidato por el PRD en 2018 y ahora será candidato de MC; y Martí Batres fue aspirante por el PRD en 2012 y precandidato por Morena en 2018, pudo llegar al cargo en 2023 vía designación del Congreso para concluir el periodo de Claudia Sheinbaum.

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