La vida está llena de alegría y dolor, y no es raro que algún trauma nos haya marcado en el camino. Ya sea una pérdida dolorosa, experiencias de discriminación o eventos amenazantes, todos enfrentamos momentos que nos desafían profundamente. Pero, ¿cómo saber si hemos dejado atrás esos eventos? Recientemente, el experto Sean Grove escribió en Psychology Today cómo reconocer si aún hay camino por recorrer en la sanación.
Sean señaló que uno de los primeros signos de un trauma no procesado es el retorno inesperado de recuerdos. Estos no siempre son claros; a menudo se presentan como fragmentos o flashes que emergen sin un contexto aparente. Pueden aparecer mientras estás despierto o a través de sueños perturbadores, indicando que hay aspectos del evento traumático que tu mente aún está intentando procesar.
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¿Cómo saber si aún tenemos un trauma sin sanar?
Grove explicó que si encuentras que tus emociones se vuelven más volátiles sin razón aparente, podría ser una señal de trauma oculto. La ansiedad puede aumentar, manifestándose en:
- Insomnio
- Nerviosismo
- Incluso ataques de pánico
Otros síntomas emocionales comunes incluyen un aislamiento social creciente o fluctuaciones en el estado de ánimo que te llevan a sentirte atrapado o desesperado. Estas emociones intensas son reacciones a gatillos que tal vez ni siquiera reconozcas conscientemente, pero que perturban profundamente tu equilibrio emocional.
Otra señal reveladora es el súbito deseo de hablar sobre lo sucedido. Después de un periodo de silencio, podrías sentir la necesidad de compartir tu experiencia, ya sea en conversaciones personales, en terapia o incluso a través de la escritura. Sean recomienda que hablar sobre un trauma puede ser tremendamente liberador y es un paso crucial en el proceso de sanación, ya que permite exteriorizar y validar los sentimientos reprimidos.
¿Cómo manejar un trauma no superado?
Reconocer que se está lidiando con un trauma no procesado es solo el primer paso. Afortunadamente, Grove sostiene que existen estrategias que pueden facilitar la gestión y eventual superación de estas dolorosas huellas emocionales:
- Tomarte un momento para escribir sobre tus pensamientos y emociones puede ayudar a procesar aquellos recuerdos difíciles.
- Compartir tu experiencia con amigos cercanos o familiares puede proporcionar el apoyo necesario para enfrentar tus traumas.
- Un psicólogo o terapeuta puede ofrecer un espacio seguro y estrategias profesionales para trabajar en la sanación.
La sanación de un trauma es profundamente personal y no tiene un cronograma fijo. Ser paciente contigo mismo y permitirte vivir el proceso a tu propio ritmo es fundamental. Sean mencionó que sanar es un viaje, no una carrera y cada paso, por pequeño que sea, es un avance hacia recuperar tu equilibrio y bienestar emocional.