Los recuerdos son una parte esencial de la existencia humana, debido a que es a través de ellos que construimos nuestra identidad y personalidad, además de que nos permiten revivir momentos del pasado que construyeron la senda por la que ahora caminamos. Son justamente estas historias en las que se basa “El Gran Pez” (Big Fish), la conmovedora película está dirigida por Tim Burton en el 2003 y parece ser una oda a la vida, la muerte y los recuerdos, tejiendo una narrativa fascinante a través de elementos peculiares.
El Gran Pez: la película de Netflix que debes ver ahora mismo
Si eres suscriptor de Netflix y aún no has tenido la oportunidad de ver “El Gran Pez“, lamento decirte que el tiempo para que disfrutes de esta historia se encuentra contado ya que a partir del próximo 31 de diciembre, la película será retirada del catálogo de este gigante del streaming.
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Esta es una película rica en simbolismo y metáforas que exploran profundamente la experiencia de la vida. A diferencia de los escenarios góticos, oscuros y siniestros característicos de otras obras de Burton, esta película ofrece todo lo contrario, deslumbrando con la paleta de colores, su luminosidad y la armonía que impregna cada escena.
Es así como esta película se presenta como una red intricada de relatos, mezclando lo real con lo exagerado para narrar la vida de Edward Bloom y aquellos que lo rodean. A pesar de que Edward no siempre se toma en serio sus propias historias, para él, el arte de contarlas es fundamental, lo que hace que su relación con su hijo se deteriore hasta que la vida misma los reúne en condiciones poco felices.
Desde su infancia, donde un joven Edward (interpretado por el mismísimo Ewan McGregor), confinado a una cama debido a un crecimiento sobrenatural, devora la Enciclopedia Mundial, aprendemos acerca de su fascinación por los peces grandes y la lección crucial de que el crecimiento requiere espacio. Este concepto lo impulsa a abandonar su pequeño pueblo en Carolina del Sur en busca de un mundo más grande, como revela a su amigo Karl el Gigante.
El viaje de Edward se convierte en una odisea mítica y sorprendente, llena de proezas encantadoras y surrealistas, desde encuentros con gigantes y hombres lobo hasta cantantes de salón coreanas y una bruja con un ojo de cristal que predice el futuro, cada historia es tejida con maestría, incluyendo la elusiva captura de un gran pez que se niega a ser atrapado.
La trama se complica aún más con la introducción de personajes notables como Sandra, el verdadero amor de la vida de Edward, interpretada en su juventud por Alison Lohman, y Josephine, la esposa de Will (interpretada por Marion Cotillard). También, personajes peculiares como el poeta convertido en ladrón de bancos y agente de Wall Street, Norther Winslow (Steve Buscemi), y Amos Calloway (Danny DeVito), el dueño de un circo ambulante.
La historia toma un giro emocional cuando el hijo de Edward, Will, interpretado por Billy Crudup, decide reconciliar el mito y la realidad en la vida de su padre. Con la enfermedad de Edward y los esfuerzos de su esposa Sandra (quien es traída a la realidad por la icónica Jessica Lange) por reunir a padre e hijo, Will se embarca en su propio viaje para comprender y aceptar los éxitos y fracasos de su padre.
En este fascinante tapiz de relatos, Helena Bonham Carter deslumbra en varios roles, incluida una bruja encantadora, mientras la película teje una narrativa que va más allá de lo ordinario para explorar la complejidad de la vida, el legado familiar y la conexión entre el mito y la realidad.
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