CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “La capa de ozono, que en su día fue un paciente enfermo, está en vías de recuperación”, afirmó el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, en un mensaje con motivo del Día Mundial del Ozono, el 16 de septiembre.
Según la evaluación científica más reciente (2022), apoyada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el agujero de ozono antártico ha mejorado lentamente en área y profundidad desde el año 2000.
El 16 de septiembre, la OMM emitió un boletín sobre ozono y radiación ultravioleta, en el que se informó que la capa de ozono podría recuperarse a los niveles de 1980 –antes de que apareciera un agujero en ésta– para 2066, en la Antártida, en 2045 en el Ártico y en 2040 en el resto del mundo, si se mantienen las políticas actuales, como la enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal.
La enmienda que, “se centra en la reducción gradual de los hidrofluorocarbonos (HFC) –potentes gases que provocan el calentamiento global–, puede contribuir a impulsar los esfuerzos de mitigación del cambio climático y proteger a las personas y al planeta”, explicó Guterres. “Y eso es más necesario que nunca, ya que los récords de temperatura siguen batiéndose”, agregó.
Además, en el boletín se informó que los valores totales de la columna de ozono en 2023 se mantuvieron dentro del rango observado en años anteriores y en línea con las expectativas, debido al comienzo de la disminución del cloro y el bromo, que destruyen la capa de ozono en la estratosfera.
Por otro lado, en 2023, el agujero presentó dos características inusuales: un inicio temprano a fines de agosto y una persistencia hasta bien entrado diciembre. La buena noticia es que estas anormalidades no contradicen la recuperación que se ha observado en el agujero.