Para la mayoría de las personas, la adolescencia se encuentra llena de nuevas experiencias y recuerdos bastante felices, pero para otras, esta etapa significa un momento de oscuridad en donde el camino parecía desdibujarse. Es por ello que podemos encontrar tantas series y películas que intentan abordar cómo es la adolescencia, con todos sus matices y problemas; pero antes de series como “Sex Education” o “Euphoria”, tenemos a “Skins“, una producción británica de mediados de los años 2000 que paralizó al mundo por su intensa historia.
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¿De qué trata “Skins” y por qué sigue siendo tan popular?
Cuando “Skins” hizo su debut en el 2007, causó un verdadero terremoto en la televisión británica, por lo que a pesar de las opiniones conservadoras se convirtió rápidamente en una serie de culto, ejerciendo una influencia perdurable en toda una generación que aún la mira con ojos de admiración, casi una década después de que su capítulo final fue transmitido.
Lo que hizo a “Skins” tan revolucionaria fue su audacia para retratar comportamientos juveniles que distaban mucho de ser idílicos; es así como la serie se atrevió a explorar temas tabú y situaciones difíciles con una franqueza cruda y sin filtros, lo que la hizo única en su género. Además, su innovador enfoque de renovar completamente su elenco cada dos años permitió que la serie se mantuviera fresca y relevante, al presentar nuevas caras y nuevas historias en cada temporada.
Es así como cada dos temporadas podemos conocer a una nueva “generación”, en donde cada personaje guarda una historia profunda que termina influyendo en el grupo de amigos. De esta manera, la trama de “Skins” se centra en las vidas tumultuosas de un grupo de adolescentes residentes en la vibrante ciudad de Bristol, Inglaterra, durante los dos años cruciales de su bachillerato, comprendidos entre los 16 y 18 años. En estos últimos años escolares, las y los jóvenes se sumergen en un mundo de fiestas, desenfreno y autodescubrimiento, pero también se enfrentan a los desafíos inherentes a la transición a la adultez.
La serie no teme adentrarse en los rincones más oscuros y complejos de la adolescencia contemporánea, ya que las y los personajes, con sus personalidades diversas y complejas, proporcionan una ventana a temas delicados y pertinentes, como la disfunción familiar, los trastornos alimenticios, distintos trastornos, el acoso escolar, la exploración de la identidad de género y, por supuesto, el abuso de sustancias como el alcohol y las drogas.
Y es que “Skins” no solo presenta estas problemáticas de manera superficial, sino que profundiza en sus causas y consecuencias, desafiando las convenciones y tabúes de la televisión convencional, ofreciendo una representación realista y a menudo cruda de los dilemas que enfrentan las y los adolescentes en su búsqueda de identidad y pertenencia.
Es así como a través de sus personajes complejos y las situaciones desafiantes que enfrentan, “Skins” sirve como una plataforma para explorar temas sociales importantes y generar diálogos significativos sobre la juventud, la salud mental y el impacto de las influencias sociales en el desarrollo de la identidad. Además, muestra personajes reales con los que terminas desarrollando una identificación y hasta cariño, por lo que sus vivencias traspasan la pantalla para crear sensaciones verdaderas entre las y los espectadores.
La estructura narrativa de “Skins” ha sido reconocida por sus creadores como influenciada por la aclamada serie “Lost“, donde cada episodio se enfoca en un personaje específico, a menudo comenzando con un primer plano de los ojos del protagonista de turno. Cada episodio lleva el nombre del personaje en el centro de la historia, y los títulos de crédito iniciales cambiantes anticipan al protagonista de turno.
La serie en Netflix que retrata crudamente los problemas de la adolescencia