(AP).-El equipo que filma un documental sobre los últimos días de Jurgen Klopp en el banco de Liverpool le pidió una tarde que se colocara de pie en la grada conocida como The Kop. Desde ahí, debía echar un vistazo al resto del estadio Anfield.
El estratega alemán obedeció. Pero no se mostró encantado por la experiencia.
“Amo cada parte del Anfield, pero cuando está lleno”, comentó Klopp el viernes.
El domingo, no habrá un asiento vacío en el emblemático recinto. Klopp dirigirá su último partido con el Liverpool, tras ocupar el puesto de entrenador del club durante casi nueve años.
Y habrá lágrimas en los ojos de muchos aficionados.
Klopp es el hombre que hizo soñar de nuevo al Liverpool. Lo guio a siete trofeos de relevancia, incluido uno de la Liga de Campeones. “Hablemos de seis”, cantó alguna vez.
Bajo su guía, los Reds ganaron también su primer título de la liga inglesa en 30 años.
Es el hombre que forjó una conexión sumamente especial con la ciudad portuaria, al grado tal de que se le ha comparado con Bill Shankly, el entrenador más famoso del club.
Klopp es también el hombre que lució cómodo al motivar a sus jugadores para alcanzar nuevas alturas con un fútbol al estilo “heavy-metal”. Pero también supo hablar compasivamente con las familias de las víctimas del desastre de 1989 en Hillsborough.
De cara al partido del domingo contra el Wolverhampton, Klopp hizo varias pausas mientras respondía a la prensa. A veces fue porque se emocionó y a veces porque quería encontrar las palabras exactas sobre todos los aspectos de un club al que lleva tan cerca del corazón.
“No estaría contento si pensara que pude hacer hecho más”, dijo el alemán de 56 años. “No pude, no pude hacer más”.
Es por eso que no hubo tanta sensación de tristeza en las despedidas individuales del jueves a sus jugadores, ni en un asado con el plantel.
Visitó a los trabajadores en la tienda del equipo una última vez, en el centro de la ciudad de Liverpool. Se ha olvidado de cuántas camisetas del equipo ha autografiado durante los últimos días.
“Ha sido la semana más intensa de mi vida”, aseguró. “Creo que nunca es fácil decir adiós, pero decir adiós sin sentirse triste o lastimado significaría simplemente que el tiempo que pasamos juntos no fue maravilloso. Y sí lo fue”.