En Japón, un concepto milenario ayuda en la búsqueda de una existencia plena y satisfactoria: el ikigai. Esta filosofía invita a descubrir aquello por lo que vale la pena levantarse cada mañana. Este término no tiene una traducción directa, pero se puede entender como “la razón de ser” o “el propósito de la vida“. Este concepto se visualiza a menudo a través de un diagrama de Venn, y es la intersección de lo que amamos, lo que somos buenos haciendo, lo que el mundo necesita y por lo que podemos ser recompensados, marca el punto donde florece el ikigai.
Más allá de ser una idea romántica, el ikigai tiene raíces prácticas y cotidianas, especialmente evidentes en la vida de los habitantes de Okinawa. Esta isla, conocida por su elevada esperanza de vida, considera el ikigai como una razón para disfrutar cada día, un secreto para una longevidad sin precedentes.
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¿Cómo poner en práctica el ikigai?
La búsqueda de ikigai no se enfoca exclusivamente en logros laborales o materiales, sino en una profunda conexión con las acciones que nos llenan de alegría y propósito. En Okinawa, el ikigai no es solo una filosofía individualista; se entreteje con el tejido social a través de los “moai”, redes de apoyo que proporcionan compañía, comprensión y un sentido de pertenencia.
La alimentación balanceada y la actividad física regular complementan esta búsqueda de bienestar, demostrando que el ikigai abarca tanto el cuidado del cuerpo como del alma. En contraste con interpretaciones occidentales que pueden simplificar el ikigai a encontrar equilibrio en el trabajo y en la vida personal, en Japón, el concepto va más allá.
La filosofía japonesa que te ayudará a encontrarte
Es un viaje introspectivo y colectivo hacia la autorrealización, un proceso que se enriquece y transforma con el tiempo. Nos desafía a reflexionar profundamente sobre nuestra existencia: ¿qué nos apasiona?, ¿en qué destacamos?, ¿qué necesita el mundo de nosotros?, y ¿cómo podemos contribuir mientras recibimos a cambio? Estas preguntas no buscan respuestas inmediatas, sino que invitan a una exploración continua.
El ikigai ofrece una perspectiva renovadora sobre la felicidad y la satisfacción en la vida. No se trata de un destino final, sino de un camino enriquecedor; muchos de los que practican esta filosofía de japón creen que se trata de encontrar la belleza de vivir con intención, celebrando cada día como una oportunidad para acercarnos a nuestro verdadero ser.