Ejercer nuestra profesión es una de las grandes responsabilidades y desarrollos que tenemos a lo largo de nuestra vida, pues nuestra meta es independizarnos, tener una familia, crecer laboralmente y sobre todo tener oportunidades para ejercer liderazgos o puestos importantes. Sobre todo siendo mujer, ya que nos enfrentamos a las brechas salariales o de género debido, aunque también hay claves para tener un camino exitoso si sabemos cómo manejarnos.
Tener una carrera no lo es todo, debemos prepararnos para enfrentar los desafíos que día con día tiene nuestra carrera, actualizarnos en las últimas tendencias o herramientas que se están implementando en las empresas, tener un idioma extra, cursos y todo aquello que nos permita destacarnos profesionalmente.
Sin embargo, puede haber hábitos o rutinas que pueden afectar nuestro desempeño y que hacemos sin darnos cuenta, como no comer bien, desvelarnos, inseguridades, retrasar entregas, no tener una organización adecuada o un espacio de trabajo ideal para desarrollar nuestras tareas diaras.
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Los peores hábitos que debes corregir si quieres tener éxito laboral
Como mexicanos tenemos el mal hábito de llegar tarde o salir con el tiempo justo para echarle la culpa a los accidentes o el retraso de transportes como el metro, pero no debe volverse algo recurrente. Aunque te puede pasar una vez o dos, es importante que siempre cumplas con tu horario, llega antes para preparar tu espacio de trabajo, que las prisas no te agarren para no estar de malas o estresarte, pues incluso puedes olvidarte de algo importante.
Eso sí, también es importante administrar tus tiempos para comer, estar con tu familia, dormir y descansar y sobre todo para no atrasar entregas y no hacerlo todo a las prisas o un día antes.
Muchas veces por temor a que no confíen en nuestras capacidades podemos aceptar tareas que se salen de nuestro tiempo y nos suman más carga de trabajo. Además, es importante que seas sincera y te apoyes en alguien más o confiar en el equipo para delegar tareas que otros pueden hacer para que puedas cumplir con tus pendientes y responsabilidades principales. Además, no pienses de manera individual, trata de tomar en cuenta a tu equipo a modo de apoyo.
- No tener una organización
Sabemos que no todos somos aptos para tener una agenda, revisarla y seguirla, pero es importante que tomes en cuenta fechas importantes de entrega, recordatorios de juntas o tareas que realizas a diario. Esto va de la mano de sobre exigirte y medir tus tiempos, no aceptes más cosas de las que ya estás haciendo si debes hacer algo importante o con urgencia.
Aprende a identificar tus prioridades y lleva un control en tu espacio de trabajo, respalda documentos, archivos y todo lo que necesites por si llegas a perderlos y siempre toma nota de las indicaciones que te digan para no olvidar nada, incluso pregunta tus dudas y no trates de adivinar si se te fue algo.
Aunque puedes ser ambiciosa o la jornada no te resulte suficiente, aprende a poner límites sobre tus tiempos de trabajo y tu salida, pues puedes comenzar a desarrollar estrés si permites que el trabajo absorba tu tiempo y espacio personal. Es importante relajarnos, descansar y despejarnos, eso también va para los mensajes y llamadas que recibes fuera de tus horas, debes aprender a respetar tu descanso y el de los demás.