MADRID (EUROPA PRESS) – El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, dijo este viernes 8 ante el Consejo de Seguridad que se vio obligado a invocar el artículo 99 de la Carta Magna de la ONU e impulsar un alto el fuego para Gaza a título personal, medida extremadamente inusual, tras constatar que las agencias de Naciones Unidas ya no pueden cumplir con su mandato humanitario en el enclave por la enorme violencia reinante.
Luego de recordar que el Consejo de Seguridad pidió en la Resolución 2712 “aumentar el suministro de dichos suministros para satisfacer las necesidades humanitarias de la población civil, especialmente los niños”, Guterres lamentó “profundamente informar al Consejo que, en las condiciones actuales sobre el terreno, el cumplimiento de ese mandato se ha vuelto imposible”.
En tal sentido, el secretario general lamentó que el único punto de acceso por Rafá, en la frontera con Egipto, “no está diseñado para la entrada de cientos de camiones y constituye un importante cuello de botella”.
En el mejor de los casos, “los intensos bombardeos y las hostilidades, las restricciones israelíes a la circulación, la escasez de combustible y las comunicaciones interrumpidas, hacen imposible que las agencias de la ONU y sus socios lleguen a la mayoría de las personas necesitadas”.
Por todo ello, “ya no existen las condiciones para la entrega efectiva de ayuda humanitaria”, señaló Guterres en el comienzo de la sesión de deliberaciones del Consejo de Seguridad antes de la votación sobre su propuesta, que podría tener lugar este mismo viernes 8.
Guterres explicó que presentó su petición al Consejo de Seguridad debido a que la situación se encuentra “al borde de un punto de ruptura”.
“Existe un alto riesgo de colapso total del sistema de apoyo humanitario en Gaza, lo que resultaría en una ruptura total del orden público y una mayor presión para el desplazamiento masivo hacia Egipto, con devastadoras consecuencias para la región.”
Guterres argumentó que ese colapso está “fundamentalmente relacionado” con una “total falta de seguridad del personal humanitario de la ONU en Gaza”, con “la naturaleza y la intensidad de las operaciones militares (de Israel) que están limitando gravemente el acceso a la ayuda a las personas que tan desesperadamente lo necesitan”.
Sobre este tema, el secretario general de la ONU entiende que la “amenaza a la seguridad del personal de las Naciones Unidas en Gaza no tiene precedente”, tras constatar que “más de 130 de mis colegas fueron asesinados, muchos de ellos con sus familias”, en lo que se trata de la “mayor pérdida de vidas en la historia de nuestra organización”.
“El pueblo de Gaza está mirando hacia el abismo”, concluyó Guterres, antes de pedir a la comunidad internacional que “haga todo lo posible para poner fin a esta terrible experiencia”.
“Los ojos del mundo y los ojos de la Historia están puestos en nosotros. Es hora de actuar.”