Alejandro Calvillo, director de la asociación civil El Poder del Consumidor, afirmó durante Aristegui En Vivo que el mundo vive una epidemia de malnutrición ocasionada por la producción sin regulaciones gubernamentales efectivas de comida poco nutritiva, ultra procesada y dañina.
Desde que las grandes corporaciones amasaron un inmenso poder con la entrada del modelo económico neoliberal, el sistema alimentario global ha experimentado cambios sustanciales, lo que impactó directamente en la dieta de la población, consideró Calvillo.
“Los daños los tenemos en términos de salud y destrucción ambiental“, señaló como las consecuencias del cambio de producción alimenticia.
Añadió que ahora las principales causas de enfermedad y muerte son el consumo de comida chatarra, tabaco, alcohol y bebidas azucaradas.
Calvillo compartió esta información en el marco del lanzamiento de la serie “Determinantes Comerciales de la Salud”, que se publicará el lunes 27 de noviembre por la revista científica The Lancet.
Esta investigación “ofrece recomendaciones y marcos para fomentar una mejor comprensión de la diversidad del mundo comercial, las posibles vías de daños o beneficios para la salud y la necesidad de adoptar medidas reguladoras e invertir en empresas que promuevan la salud, el bienestar, la equidad y la sociedad”, según dice la información del evento que se celebrará por el lanzamiento.
El director de Poder del Consumidor señaló que la investigación pone de manifiesto el vínculo entre obesidad, cambio climático y el sistema alimentario.
Enfatizó en que los hallazgos se sustentan con evidencia científica, la cual urge realizar cambios de fondo para que predomine el interés de la salud por encima de los intereses privados, “como ha venido sucediendo”.
Finalmente, expresó que el sistema alimentario actual también provoca que los países del sur padezcan la extracción de sus cada vez más limitados recursos naturales, como el agua, para producir bebidas nocivas para la salud, como las endulzadas o alcohólicas.
Por lo anterior, consideró a esta forma de producción como algo “patológico” y urgió a replantearla.
Asimismo, subrayó que alimentos como el maíz pierden todo su valor nutritivo al convertirse en comida ultra procesada, para cuya elaboración se requieren de muchos recursos y energía.
“Comemos alimentos que no alimentan y gastamos mucha energía y combustibles fósiles para producir alimentos que dejan de ser alimentos“, dijo.
Ve aquí la entrevista completa: