CIUDAD DE MÉXICO (apro).- César Alonso Marín Aranda, Ingeniero Biotecnólogo, colabora en una investigación que analiza factores que inciden en los cambios en el ADN de pacientes con Alzheimer, además del envejecimiento, o el sexo de la persona (pues las mujeres son más propensas a generar la enfermedad), como son la alimentación, algún trauma craneoencefálico, o infecciones.
Este trabajo lo lleva a cabo como parte de los que realiza un grupo multidisciplinario que colabora en el Laboratorio de Neurociencia Cognitiva, Afectiva y Obesidad a cargo de la investigadora Martha Silvia Solís Ortiz, profesora investigadora de la Universidad de Guadalajara (UG), con el fin de fomentar el trabajo neurocientífico.
Marín Aranda explicó en entrevista, que el cerebro puede estudiarse desde distintos enfoques, pero que desde la biotecnología se abordan los cambios desde donde se extrae el ADN, lo cual se conoce como “epigenética”.
“Las neurociencias pueden ser abordadas desde distintos puntos de vista, diversos enfoques. En mi caso, que soy biotecnólogo, abordamos los cambios en el núcleo de las células sanguíneas periféricas llamadas ‘leucocitos’ de donde se extrae el DNA. Marcas que se van acumulando con el tiempo, que inducen o no a la expresión genética sin la alteración en la secuencia del código genético”, expuso.
Agregó que desde esta ciencia se estudia la intervención de factores ambientales en la expresión de los genes sin alterar la secuencia del ADN, y mencionó que dicho campo de estudio ha cobrado relevancia.
“Ya tiene tiempo, pero últimamente ha resurgido y es de gran importancia ya que combina genética con ambiente, es decir, cómo el ambiente ayuda o no a que los genes se expresen y eso genera como tal cómo es la persona”, comentó.
Indicó que cuestiones como el envejecimiento, o el sexo de la persona, son tan solo alguno de los aspectos multifactoriales que intervienen, por lo que su área de estudio analiza el ADN; sin embargo, también influyen aspectos como el estilo de vida, la alimentación, algún trauma craneoencefálico, o infecciones.
“Tratamos de encontrar y ver cómo inciden estos factores en los cambios dentro del ADN para entender de mejor manera la enfermedad de Alzheimer”, puntualizó.
César Marín Aranda, también justificó su proyecto en razón de lo importante que es un diagnóstico a tiempo.
“Si bien el Alzheimer hasta ahorita no tiene cura, sí se puede diagnosticar de manera más temprana, estamos intentando ese diagnóstico más temprano para evitar que su manifestación clínica no sea tan agresiva… emplear terapias o estrategias de contención para que no se manifieste de golpe”, dijo.
Sobre las personas que se han prestado para los estudios, afirmó: “Hemos evaluado a 91 pacientes y estamos esperando a juntar todas las muestras para entonces acudir al laboratorio de biología molecular para poder obtener como tales resultados”, y agregó que hay personas que se pueden integrar, la población que buscan son principalmente personas con Alzheimer.
De acuerdo con las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el 2030 en el planeta habrá 78 millones de individuos con esta enfermedad; y una estimación de su situación actual en México suma un millón 300 mil personas afectadas.