El exmilitar chileno condenado por el asesinato y tortura del cantautor Victor Jara, Pedro Pablo Barrientos, llegó esta semana a Santiago de Chile deportado desde Estados Unidos, dónde estuvo prófugo durante décadas, custodiado por autoridades de ese país.
Barrientos, cuya extradición desde Estados Unidos fue reclamada por la justicia chilena en 2013, fue detenido en octubre pasado en Florida y juzgado por haber entregado información falsa en su proceso de nacionalización estadounidense, lo que condujo a la cancelación de su ciudadanía y, según explicó hoy el Ministerio de Relaciones Exteriores, eso “abrió la posibilidad para su deportación a Chile”.
La Oficina de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos entregó el exoficial a la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), que procedió a su arresto y lo trasladó hasta el Batallón de la policía militar de Peñalolén, donde decenas de manifestantes esperaban su llegada desde el exterior y al grito de “¡Asesino!”. En esa base militar quedará detenido en calidad de procesado y permanecerá en prisión preventiva.
“Responsable de tortura y asesinato”
Prófugo en Estados Unidos desde hace más de 30 años, Pedro Pablo Barrientos fue procesado en Chile en 2012 y un año después la justicia chilena solicitó su extradición por su presunta participación en el asesinato del músico chileno y del entonces director del Servicio de Prisiones, Littré Quiroga, en septiembre de 1973, tras el golpe de estado de Augusto Pinochet contra el expresidente socialista Salvador Allende (1970-1973).
Juan Carlos Alarcón, periodista de la Televisión Nacional de Chile, declaró en Aristegui En Vivo, que el asesinato de Victor Jara es ‘uno de los crímenes de lesa humanidad más horribles que cometió la dictadura de Pinochet’.
“Fue brutalmente torturado por cuatro días. Su cuerpo se encontró con 44 impactos de bala y con 55 fracturas”, afirmó.
Según Alarcón, desde hace 50 años, todos los responsables por la muerte de Víctor Jara estaban detenidos, menos Barrientos, quien estaba evadiendo la justicia en Estados Unidos.
Tras una demanda civil presentada ante la justicia estadounidense por la esposa del cantante, Joan Jara, fallecida hace justo 20 días, y sus dos hijas, un jurado de un tribunal federal en Orlando lo responsabilizó en 2016 de la “tortura y el asesinato” del músico chileno. Por eso, fue arrestado el pasado mes de octubre en un control de carretera en la ciudad de Deltona, en la costa noreste de Florida.
“Falleció lamentablemente sin conocer esta noticia”, señaló Alarcón.
Despojo de la ciudadanía estadounidense
Según los documentos judiciales, el exmilitar ingresó a Estados Unidos en julio de 1990 con una visa de visitante y siete años después se casó con una ciudadana estadounidense.
En la solicitud de sus documentos migratorios, entre ellos los de residencia permanente y ciudadanía, el exoficial contestó que no había estado vinculado a ninguna organización política ni servicio militar, y negó que hubiera participado en algún genocidio o en el asesinato de cualquier persona por motivos de raza, religión, nacionalidad, origen étnico u opinión política.
El juez estableció que el exmilitar “ocultó intencionalmente hechos materiales relacionados con su servicio militar en sus solicitudes de inmigración”, por lo que fue despojado de su ciudadanía estadounidense.
Deportado 50 años después del crimen
La llegada de Barrientos se produce cuando se cumplen 50 años de la muerte del célebre cantautor y militante del partido comunista, y cuatro meses después de que la Corte Suprema chilena condenara, en una sentencia definitiva, a siete exmilitares a penas de hasta 25 años de cárcel por el secuestro y homicidio del músico.
La decisión de la justicia chilena cerraba, en parte, uno de los casos más relevantes que tenía entre sus pendientes y desde hoy, con la llegada de Barrientos a Chile, puede darle el carpetazo final.