Las garrapatas son arácnidos ectoparásitos que pueden afectar a una amplia variedad de mamíferos. Los tipos, especies y abundancia varían mucho según la región. Estos parásitos pasan por 4 etapas en su ciclo evolutivo, que puede durar de 1 a 3 años. Las etapas son: huevo, larva, ninfa y adulto.
Estos diminutos parásitos son conocidos por buscar un huésped para alimentarse de su sangre y pueden provocar problemas en su salud. Se cree que sólo los gatos y perros sufren el problema de las garrapatas. Sin embargo, hay arácnidos de mayor tamaño que afectan a otros animales. En ese sentido, gustan alojarse en los ciervos, vacas, ovejas, caballos y seres humanos, mientras que las de menor tamaño encuentran refugio en roedores, erizos e incluso aves.
Síntomas de las garrapatas
Los animales mencionados sufren mucho la presencia de las garrapatas, porque aunque no sea visto a simple vista, les producen muchos daños. Uno de ellos es la irritación en la piel, provocadas por las mordeduras al chupar la sangre. La otra es la transmisión de enfermedades como la enfermedad de Lyme y la anaplasmosis. Vale mencionar que ellas se dan sobre todo en perros y tan solo un solo parásito puede ser suficiente para transmitirlas.
Vale mencionar que si las mascotas suelen acudir a zonas infestadas, como son las zonas rurales, es normal que estos arácnidos se hospeden en ellas. En cambio, si viven en zonas urbanas, lo más probable es que atrapen garrapatas durante los paseos, excursiones y salidas a los parques, entre otros. En los únicos casos donde se puede dar el contagio entre animales son en las perreras y/o criaderos.
Es importante estar atentos a la presencia de garrapatas en nuestras mascotas, ya que estos parásitos pueden transmitir enfermedades graves. En ese sentido, es muy importante la prevención y la detección temprana para mantener a nuestros animales sanos y libres de estos molestos arácnidos. Se les debe administrar de manera rutinaria, normalmente una vez al mes, los fármacos adecuados, especialmente durante las estaciones de máxima proliferación de las garrapatas, que suelen ser primavera y otoño.