Nuestros malos hábitos son como sombras persistentes que nos siguen sin descanso. Un día nos decimos que ya no vamos a comer ese pastel de chocolate después de cenar, y al siguiente, allí estamos, cuchillo y tenedor en mano. Steve Calechman, un experto en comportamiento humano, escribió en un blog de Harvard algunas perspectivas clave para dejar esos malos hábitos atrás. Su enfoque se basa en comprender la psicología que nos lleva a adoptar ciertas conductas y, después, trazar un mapa para el cambio.
Según Calechman, debemos empezar por entender por qué estamos atrapados en un ciclo de malos hábitos en primer lugar. Nuestro cerebro busca economizar esfuerzos y para ello crea rutinas, que en muchos casos nos facilitan la vida. Sin embargo, estos patrones conductuales pueden convertirse en hábitos que no solo no nos benefician, sino que nos perjudican.
¿Es fácil dejar un mal habito?
Sostuvo que cuando intentamos romper un mal hábito, enfrentamos resistencia interna. ¿Por qué? Porque nuestro cerebro libera dopamina como recompensa cada vez que seguimos una rutina familiar, incluso si es negativa. Este mecanismo de gratificación inmediata nos atrapa en una espiral de repetición.
Antes de emprender cualquier viaje hacia el cambio, debemos entender nuestras razones subyacentes. Tal vez queramos adoptar una vida más saludable para estar más cerca de nuestros seres queridos o tal vez anhelemos una transformación para alcanzar nuevas metas personales. Cuando las razones son profundamente personales, la motivación se vuelve más fuerte y el cambio se hace más factible.
El siguiente desafío es descubrir qué nos empuja hacia ese mal hábito. Podría ser una emoción específica, como la tristeza o el aburrimiento, o un contexto particular, como estar con ciertas personas. Con este conocimiento, podemos crear una estrategia para evitar esos desencadenantes o encontrar alternativas más saludables. Si cada vez que te sientes estresado buscas una barra de chocolate, quizás puedas sustituirla por un puñado de almendras o una taza de té verde.
¿Cómo empezar a dejar los malos hábitos?
Calechman aconseja evitar la trampa de la mentalidad de “todo o nada”. En lugar de intentar un cambio drástico de un día para otro, es más efectivo hacer pequeños ajustes graduales. Si tu objetivo es acostarte más temprano, por ejemplo, podrías comenzar yendo a la cama 15 minutos antes cada noche hasta que alcances tu hora objetivo.
Finalmente, es crucial entender que el camino hacia la superación de un mal hábito no es una autopista recta. Habrá baches, curvas y posiblemente incluso algún retroceso. La clave es no caer en la autocrítica destructiva, sino ver estos obstáculos como parte integral del proceso de aprendizaje y crecimiento.
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