En Guayaquil, los guardacostas luchan contra narcotráfico cada vez más sofisticado

En Guayaquil, los guardacostas luchan contra narcotráfico cada vez más sofisticado


Desde la declaratoria del estado de excepción y de Guerra interna en Ecuador, la presencia masiva del Ejército y de la Policía en las calles ha provocado decomisos masivos de droga. Hace pocos días, el país encontró 22 toneladas de droga en un subterráneo en la ciudad de Vinces, su más grande decomiso. Pero la lucha no se da solamente en tierra sino también en el mar, en particular cerca del estratégico puerto de Guayaquil, desde dónde el corresponsal en Ecuador de RFI acompañó a los guardacostas en patrulla.

El desafío de los guardacostas es visible desde la entrada de su base al sur de Guayaquil, uno de los mayores puertos de exportación de droga en el mundo. Actualmente, lo que parece ser un submarino de bolsillo sorprende a los visitantes, pero no a ese oficial del comando que debe mantener el anonimato por seguridad.

Los traficantes han evolucionado, de pequeñas embarcaciones pesqueras pequeñas han pasado a tener embarcaciones ‘go-fast’, que tienen velocidades muy altas, de entre 40 y 50 nudos de velocidad y, posteriormente, a semisumergibles”, explica.

Más allá de los contenedores cargados de droga en tierra en uno de los ocho terminales portuarios de Guayaquil, los traficantes practican también la técnica del ‘gancho ciego’ al abordar los buques mientras navegan hacía el océano. Una zona difícil de controlar, según este oficial que pidió también mantener el anonimato, a bordo de un patrullero.

“La zona portuaria está muy pegada a la zona urbana que, a su vez, está pegada a la zona de manglar, a las islas del golfo de Guayaquil. Tiene aproximadamente 75 kilómetros de canal navegable para los buques mercantes. Permiten que los grupos delictivos puedan realizar sus actividades “, cuenta.

Equipos de comando acompañan normalmente los buques en el golfo. Luchan también en contra de los piratas que asechan los pescadores. Ese día, la revisión de una gabarra en la cual ocho camiones cargaban 40 toneladas de camarones no detectó irregularidades. Sus compañeros de Esmeraldas al norte del país tuvieron más suerte hace pocos días al capturar un semisumergible cargado de más de tres toneladas de droga.



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