Elisa Miller adapta “Temporada de huracanes” de Fernanda Melchor; llega a Netflix el 1 de noviembre

Elisa Miller adapta “Temporada de huracanes” de Fernanda Melchor; llega a Netflix el 1 de noviembre


MORELIA, MICH. (apro).- Elisa Miller –la primera mexicana que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes en el 2007 por su corto “Ver llover”– vuelve a competir en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) con el filme “Temporada de huracanes”, la cual se estrenará en Netflix el próximo 1 de noviembre.

La historia está basada en la exitosa novela homónima de la veracruzana Fernanda Melchor donde explora la violencia. Miller (Ciudad de México, 1982) cuenta en entrevista “que fue mordida, atravesada por completo por el libro”, y agrega contenta:

“¡Bueno!, hacer la película fue una aventura colosal. Fue meternos realmente al huracán, a ahondar en lugares oscuros y dolorosos, y salí muy revolcada. La imagen que tenía con mi equipo era que para llegar a la luz hay que atravesar completamente la oscuridad, como un poco un texto budista, de el loto nace del lodo. La máxima joya está en la máxima oscuridad. Si fue pasar por la oscuridad mas también ha habido muchísima sanación y un proceso de mucho crecimiento y mucha reflexión en torno a nuestra realidad de nuestro país y cómo podemos impactar en ella”.

La cinta “Temporada de huracanes”, de una hora 39 minutos, se centra en un grupo de adolescentes que viven en un pueblo violento y sin esperanza para lograr sus sueños. Todo empieza cuando se descubre un cadáver flotando en un canal, la brutal realidad detrás del asesinato perverso revela los oscuros secretos de esa comunidad.

Actúan Paloma Alvamar, Andrés Cordaz, Ernesto Meléndez, Reyna Mendizábal, Guss Morales, Norma Reyna, Kat Rigoni y Edgar Treviño.

Miller estudió letras inglesas en la Universidad Nacional Autónoma de México y en el Centro de Capacitación Cinematográfica, donde se tituló con el corto “Roma” el cual obtuvo el Premio García Bross en el FICM. También es la realizadora de “Vete más lejos Alicia”, “About Sarah”, “El regreso del muerto” y “El placer es mío (que se estrenó el FICM del 2015)”. También “Ver llover” logró el primer premio en el FICM del 2006. Ella recuerda cómo nació “Temporada de huracanes”:

“Hacia el 2018, el papá de mi hija me regaló el libro con la amenaza de que me iba a encantar. Lo leí muy rápido. En lugar de decir que me fascinó, más bien me atravesó, me derrumbó, me destrozó el corazón. Y sobre todo entré en una admiración absoluta por Fernanda Melchor y su pluma y su juego con la forma y el lenguaje. Es como nuestro Juan Rulfo de mi generación y es una chava de mi edad de Veracruz. Me obsesioné con la novela. La leía, la leía y  la leía, y decía: ‘¡Qué peliculón!’… Me acuerdo que le conté a mi papá camino a Yautepec que es una planicie, una carretera llena de caña, y le conté a mi papá, y me expresó: ‘¡Es un proyectazo1!…’.

“Justo estaba en pláticas con Rodrigo Sebastián González, de Woo Films. Me había separado del cine porque tuve una hija, y por un montón de cosas personales, y había conocido a Rodrigo que me había trasmitido hacer mi siguiente película, y por estos motivos personales estaba como en pausa y  cuando leo este libro de pronto dije: ‘Sería increíble hacer esto’. Entonces le regalo mi copia y le digo esto sería un peliculón”.

Sin embargo transcurrieron cinco años:

 “A finales del 2018 me llama Rodrigo y me externó que habían comprado los derechos de la novela y deseaban que yo la adaptara y dirigiera. Ahí empezó un proceso muy bonito. Le llamé primero extracción cinematográfica del libro y sacaron la escaleta en la que trabajé casi un año junto con Daniela Gómez, una guionista que entró en ese momento para ese proceso. Todo el 2019 estuvimos escribiendo y después llegó la pandemia el 2020. Escribimos como dos versiones. Fue complicado porque fue arrancarle al volumen su literatura y traducirlo cinematográfico, lo cual fue un proceso  hasta doloroso, porque amo mucho el libro. Era muy complicado. Quería que todo estuviera en el guión”.

Fernanda Melchor  –rememora—fue muy generosa:

“Cuando nos conocimos, recién comprados los derechos, ella como buena periodista y persona curiosa me había investigado, vio mis trabajos, que fue un honor. Entonces estaba convencida que yo era la persona indicada para hacer su libro y con mucha generosidad y confianza, me dijo que el libro era suyo, pero la película era mía. Y que ahí estaba para lo que necesitara. Fuimos a su casa y me enseñó sus cuaderno de cómo fue escribiendo la novela.

“En el  2019 escribimos el guión y estábamos muy cerca  de tener una carpeta lista para el Eficine pero vino lo obvio que es la pandemia y pasaron dos años y después retomamos la idea del financiamiento con Eficine y Foprocine, y también algunos fondos cayeron. Como que se empezó a complicar todo. Yo  había  realizado una película por encargo para Netflix y bueno Woo Films  tiene muy buena relación con esa empresa, y en un momento bueno hubo mucha discusión si debía ser una serie o una película porque era muy larga y muy amplia la novela, pero yo siempre estuve segura que era una película, y nos compraron el guión como lo teníamos para hacer el largometraje, y procedimos con el financiamiento y  filmamos hace un año y medio en Tabasco porque en Veracruz estaba muy peligroso. Hicimos este filme con mucho cariño y mucho dolor.”

Destaca que todo el equipo de la producción era fán del libro:

“Uno de los colegas de arte me expresó: ‘¿Qué te pasó a ti con la lectura del libro para que estemos aquí?, porque a mí me rompió mis privilegios’, le respondí que le había atinado a ponerlo en palabras. Es un libro que te rompe la mirada privilegiada en donde vivimos algunos. Es muy difícil que el libro no te incite a una reflexión frente a los temas más escabrosos, y para mi fue llegar a la imagen de que todos los personajes inclusive los adultos eran unos niños sin amor, como perros callejeros o niños sin amor, y así abordamos a todos los personajes de la película, porque realmente en esta reflexión en torno al libro y la adaptación para mí fue darme cuenta cómo es una sociedad fracturada por niños que crecen sin amor”.

Detalla:

“¿Cómo esos niños van a ser personas amorosas si crecen en el abandono? Desde esa perspectiva me duele un montón que como sociedad estamos muy rotos. Lo que me pareció impresionante de la novela de Melchor es que hace un microcosmos, hace una reflexión de un país completo o de un continente completo o de una humanidad completa a partir de un microcosmos. Se asoma con lupa a ese comunidad y a partir de ese análisis de un solo caso y todo lo que lo rodea puede hacer un retrato tan humano y desgarrador”.

Miller se extiende aún más:

“Cómo hemos llegado aquí con tanto desamor y tanta desilusión, porque junto con los actores llegamos como a esta idea y lloramos por esos jóvenes  ríos.  De cómo eran niños, chavos o adolescentes o jóvenes sin ningún tipo de ilusión y eso era lo que los volvía estos seres que se dejan tragar por sus instintos más bajos, no poseen nada de que agarrase en estos contextos tan desoladores que además está nuestro país completo plagado de esas situaciones, sin sueños, sin educación, sin posibilidades. Trabajamos con el dolor como motor, cómo estos niños en la primera infancia no los desean tener, quien los cría es la abuela que tampoco los quiere bien. Para nosotros fueron puntos de partida muy importantes para la construcción de este relato”.

Al final específica que regresar al FICM “siempre es un placer”.





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