La preparación de las comidas implica una serie de pasos, desde la compra de ingredientes hasta la cocina en sí y la inevitable tarea de limpiar los utensilios utilizados. En medio de este proceso, uno de los problemas más comunes que enfrentamos es el persistente mal olor que se adhiere a los tuppers utilizados para guardar los alimentos. Te presentamos el truco definitivo para liberar tus recipientes del desagradable tufillo a comida que parece aferrarse a ellos.
La cocina es un espacio donde la creatividad culinaria se mezcla con las tareas diarias de alimentar a la familia. A menudo, al cocinar, nos encontramos con la necesidad de almacenar sobras o comidas preparadas con anticipación en tuppers. Sin embargo, con el tiempo, estos recipientes tienden a retener olores persistentes que pueden ser desagradables y difíciles de eliminar.
¿Cómo podemos quitar eficazmente el mal olor de los tuppers?
En el mundo de las redes sociales, circulan innumerables consejos y trucos para hacer que la vida en la cocina sea más sencilla. Sin embargo, no todos estos consejos son confiables ni eficaces. En esta nota, nos centramos en un truco que ha demostrado ser altamente eficaz para eliminar el mal olor de los tuppers.
Para ello debes seguir estos sencillos pasos: vierte agua caliente en cantidad suficiente sobre el tupper, sin importar si es de vidrio, plástico o cristal. Luego agrega media taza de vinagre blanco de limpieza y un chorrito de jugo de limón, junto con unas gotas de detergente. Mezcla bien los ingredientes para asegurarte de que se integren por completo y luego sumerge el recipiente en esta solución durante 10 a 15 minutos. Es importante no excederse en el tiempo, ya que el material del envase podría absorber los olores químicos.
Posteriormente, vacía el tupper y frota su interior con un estropajo para eliminar cualquier residuo de olor. Realiza una última limpieza con una esponja y detergente, enjuaga con agua caliente y ¡listo! Tu recipiente estará como nuevo y listo para albergar tus próximas preparaciones sin el mal olor. Este truco, que combina la acción desodorizante del vinagre y el jugo de limón con la eficacia del detergente, ha demostrado ser un remedio infalible. Además de ser económico y fácil de aplicar, es una solución respetuosa con el medio ambiente que evita la necesidad de recurrir a productos químicos más agresivos.