La termorregulación es el proceso por el que el cuerpo mantiene una temperatura estable. El organismo puede detectar los cambios gracias al sistema nervioso central y a los receptores periféricos y de superficie de la piel llamados termorreceptores. El cuerpo trata de calentarse o enfriarse basándose en las mediciones de los mencionados.
Es por ese motivo, que al sentir calor, bebamos un caldo caliente, un té o un café ya que al entrar en contacto con la lengua y la garganta, los termorreceptores reciben el estímulo y reaccionan estimulando la vasodilatación y la sudoración. Esto ayuda a perder calor y a que el sudor se evapore creando la sensación de que el cuerpo se enfría.
¿Es mejor caliente que frío?
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Ottawa, el caldo caliente es una buena opción para quitar el calor, esto se debe a la relación entre la temperatura corporal y el equilibrio térmico, ya que al introducir al cuerpo una bebida caliente, la temperatura sube y se empata con la del ambiente.
Por el contrario, cuando comes algo frío el cuerpo detecta que la temperatura corporal está bajando, lo que identifica como un riesgo y para contenerlo trabaja para aumentar el calor natural. Por esta razón es que aunque los alimentos como los caldos calientes tengan efectos menos satisfactorios, son más beneficiosos a largo plazo.
Si bien el optar por un buen caldo de pollo caliente en temporada de calor es buena idea, es importante que las personas se hidraten con agua templada. Vale mencionar que al ingerir constantemente productos calientes puede provocar afectaciones en el organismo, el cual si no se atiende a tiempo puede ocasionar problemas en el sistema nervioso y dejar secuelas. También se debe tener en cuenta ciertas recomendaciones debido a las altas temperaturas que existen en el país: mantenerse hidratado, evitar la exposición al sol durante las horas pico, usar ropa ligera y de colores claros y buscar refugio en lugares frescos o con aire acondicionado.