Abogada especialista en Derecho Ambiental
En un escenario en el que el planeta Tierra, que podríamos considerar como nuestro “Arrakis” en referencia novela “Dune” de Frank Herbert, continúa calentándose a un ritmo que nos lleva hacia un aumento de 2.5°C por encima de los niveles preindustriales, se plantea el riesgo de un colapso de proporciones inimaginables, similar a la lucha constante por el recurso vital, la especia melange, en el mundo ficticio de “Dune”.
El paralelo entre nuestra realidad y la de “Dune” es innegable, donde facciones compiten encarnizadamente por el control de un recurso esencial, en nuestro mundo, el control y gestión de nuestros recursos naturales se vuelven críticos en medio de desafíos climáticos cada vez más extremos, estos fenomenos climáticos variables podría llevar a un desolador futuro, marcado por el colapso financiero, la escasez de alimentos, la migración masiva y la desestabilización de países, evocando la lucha de facciones en “Dune” por el control del recurso más valioso de Arrakis.
Un ejemplo concreto de la importancia que los países deben comprender el impacto del cambio climático es el huracán Otis en Acapulco ocurrido el pasado 27 de octubre del presente año. Como en “Dune”, donde eventos inesperados pueden cambiar drásticamente la situación, Otis causó una destrucción total de la ciudad, con graves daños en términos de vidas humanas y millones de dólares aún sin calcular. Esto subraya la necesidad de anticiparse y adaptarse a los desastres climáticos, ya que pueden tener consecuencias mucho más graves de lo que se espera, similar a las revueltas y conflictos inesperados en “Dune”.
En los 90, las proyecciones del daño económico del cambio climático eran absurdamente bajas y proporcionaron argumentos a quienes retrasaban la acción o con actitudes negacionistas, ahora, la economía está despertando al hecho de que el cambio climático representa la mayor amenaza para el desarrollo, incluso si tomamos medidas para mantener el calentamiento por debajo de los 2.5°C. El problema radica en la imprevisibilidad de los “umbrales” y los “puntos de inflexión” del cambio climático, que pueden llevar a aumentos significativos en los daños causados, como vimos con el huracán Otis en Acapulco.
Recuerdas que en “Dune”, los efectos indirectos de las acciones en Arrakis afectan a toda la galaxia, los efectos indirectos del cambio climático en el planeta tierra se extienden por toda la biodiversidad. Por ejemplo, la migración forzada debido a temperaturas extremas puede provocar inestabilidad interna y externa, como lo hemos visto con la llegada de refugiados en Europa. Estos eventos pueden desencadenar muertes prematuras por temperaturas extremas, nuevas pandemias, hambrunas y la ascensión de líderes populistas y autoritarios, desencadenando situaciones impredecibles y difíciles de gestionar, el impacto en los bosques en la Amazonía que desencadena una serie de efectos en cascada en las comunidades, no olvidemos que el cambio climático puede afectar a medida que los patrones de precipitación cambian y los cultivos se ven amenazados.
Las proyecciones del impacto económico, es difícil predecir, pero es seguro decir que será desastroso y empeorará con el tiempo. El costo de un calentamiento de 2,5°C para 2030 podría superar el daño económico causado por la pandemia de COVID-19, pero a diferencia de la pandemia, el daño climático se acumulará con el tiempo.
En el ámbito financiero, el aumento de las inundaciones, incendios y tormentas llevará a un aumento en las tarifas de seguros, y las aseguradoras podrían retirarse de zonas de alto riesgo. Esto podría desencadenar una crisis inmobiliaria, a su vez, una crisis financiera sistémica, ya que los bancos poseen la mayor parte del riesgo relacionado con la vivienda y los bienes raíces, afectaría los puestos de trabajo lo que desestabiliza el sistema en el que de han desarrollado varios paises.
Propongo este paralelo entre nuestra realidad y la narrativa de “Dune” para que puedas darte cuenta de lo impactante de no cumplir los compromisos climáticos asumidos desde la declaración de Rio, los riesgos derivados del cambio climático son todo menos menores y empeorarán progresivamente. El mensaje que debería llegar a los formuladores de políticas, a los políticos y al público es que el cambio climático debe evitarse a cualquier precio porque su costo final no puede imaginarse ni calcularse, podemos aprender de las lecciones de la ciencia ficción para evitar un futuro apocalíptico en nuestro propio “Arrakis”, la Tierra.
* Abogada, magister en Derecho Constitucional, Docente Universitaria, especialista en Derecho de la Moda por el Fashion Law Institute at Fordham Law University, New York y en Derecho ambiental, Autora del Libro Derecho al Consumidor ¿Sabes lo que comes? publicado por la editorial Porrúa, Directora de la asociación Fashion Law Latam, primera institución a nivel mundial en Derecho Ambiental de la Moda, investigadora activa del impacto Ambiental de en Latinoamérica – Economía Circular – Agricultura regenerativa.