CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Tres jueces determinarán si Josef Fritzl –conocido como El Monstruo de Amstetten– puede ser trasladado a una cárcel convencional, después de pasar 15 años en un centro especial para enfermos mentales, como un primer paso para una futura liberación.
El austriaco fue condenado a cadena perpetua después de que saliera a la luz que secuestró y violó a su hija durante 24 años.
Fritzl –también conocido como Josef Mayrhoff– se reunirá con los magistrados de un tribunal regional de Austria, el próximo jueves 25 de enero a las 8:00 de la mañana.
Su abogada, Astrid Wagner, tiene el objetivo de que Fritzl sea trasladado del centro donde se encuentra a una cárcel convencional, para que luego pueda pasar el resto de su vida en una residencia de ancianos, según informó la agencia de noticias austriaca APA.
El Monstruo de Amstetten se declaró culpable en 2009, por lo que fue condenado por los delitos de asesinato por negligencia, esclavitud, violación, privación de la libertad, coerción e incesto, al mantener a su hija –Elisabeth– encerrada en el sótano de su casa, entre 1984 y 2008, en condiciones infrahumanas.
Elisabeth dio a luz a 7 niños, uno de los cuales murió poco después de su nacimiento; tres le fueron arrebatados y criados por Fritzl y su exesposa –madre de Elisabeth–, con el pretexto de que habían sido abandonados por la madre biológica y él los encontró; los otros tres hijos crecieron en el sótano.
Además de los crímenes perpetrados contra su propia familia –el criminal de 88 años–, tiene un largo historial de violencia sexual y agresión, por lo que ya había estado en prisión anteriormente. Ahora, su abogada –Wagner– prevé la posibilidad de solicitar libertad condicional, tras pasar al menos 15 años en la cárcel, según el código penal austriaco.
Según un reporte reciente sobre su estado mental, se estableció que el austriaco, prácticamente no puede caminar, sufre de demencia senil y por sus limitaciones físicas, ya no constituye ningún peligro para nadie. La decisión de los jueces se espera, por escrito, dentro de dos o tres semanas.