De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, el cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres en alguna etapa de su vida. Aunque la proporción es abismalmente menor, esta enfermedad también puede presentarse en hombres.
Cifras del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos, señalan que en aquel país uno de cada 100 cánceres de mama detectados se presenta en hombres, pero casi siempre son en etapas mucho más avanzadas que en el caso de las mujeres.
“Desafortunadamente, los hombres suelen ser diagnosticados con cáncer de mama en estadios más avanzados. La razón principal es que no se realizan mamografías de detección rutinaria como sí lo hacen las mujeres para detectar el cáncer de mama en estadio temprano, cuando es más fácil de tratar.
“Como los hombres no saben que pueden desarrollar cáncer de mama, es posible que no estén atentos a cambios en el tejido mamario y no se den cuenta que deben hablar con el médico acerca de un bulto, dolor, inflamación u otros síntomas”, detalla la asociación Breastcancer.org.
Los números son contundentes. De acuerdo con el Sistema de Salud de Estados Unidos, alrededor de uno de cada cinco hombres diagnosticados con cáncer de mama pierden la vida debido a este padecimiento.
¿Por qué aparece el cáncer de mama en hombres?
Aunque actualmente no existe una explicación científica para que este padecimiento se presente en hombres, lo cierto es que ambos sexos tienen cierta cantidad de tejido mamario, el cual se desarrolla más durante la pubertad en las mujeres.
Este tejido, además de ductos, tejido fibroso conocido como estroma y los pezones, forman la mama tanto en hombres como en mujeres. De acuerdo con la Clínica Mayo, la mayoría de los cánceres de este tipo en hombres afectan a los ductos.
“Los médicos saben que el cáncer mamario en los hombres sucede cuando algunas células de la mama se dividen con mayor rapidez que las células sanas. La acumulación de células forma un tumor que puede diseminarse (metástasis) a los tejidos cercanos, a los ganglios linfáticos o a otras partes del cuerpo”, explica.
La aparición de este padecimiento en hombres suele ser muy agresiva y, aunado al poco conocimiento que existe sobre él, su diagnóstico puede llegar cuando ha afectado a una gran cantidad de tejido.
¿Quiénes tienen más riesgo de padecer cáncer de mama?
La edad es el principal factor de riesgo que los investigadores han detectado en el cáncer de mama. De acuerdo con cifras de breastcancer.org, en promedio, los pacientes que desarrollan esta enfermedad tienen, en promedio, 67 años. Sin embargo, también puede afectar a personas más jóvenes.
Otro factor de riesgo son los altos niveles de estrógenos, hormona que se encuentra naturalmente en los hombres. Esto puede suceder debido a terapias hormonales de reasignación de sexo, sobrepeso, alcoholismo y cirrosis.
La prevalencia de cáncer en la familia, tanto en hombres como en mujeres, ha sido probado como otro factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad. Condiciones menos frecuentes, como el síndrome de Klinefelter, donde el hombre nace con un cromosoma de más, también es otro origen posible.
Por último, cirugías, golpes y otros problemas naturales con los testículos, además de la exposición a la radiación, son detalles a tomar en cuenta a la hora de detectar la enfermedad.
¿Cuáles son los síntomas de alerta?
Al igual que en las mujeres, la exploración es vital para detectar el cáncer en etapa temprana, cuando se pueden realizar distintas acciones para luchar contra de él con buenos resultados.
Si notas un bulto duro debajo del pezón o bajo la axila, hay secreciones transparentes o con sangre, cambios en la forma de la mama o irritación en la misma área, dolor, sarpullido o inversión del pezón, debes ir con un especialista.
Por lo regular, los diagnósticos más comunes relacionados con estos síntomas son la ginecomastia, que es un crecimiento irregular del tejido mamario, lipomas, miomas, hematomas o necrosis grasa.
Entre las acciones que puedes realizar para evitar la aparición de ésta y otras enfermedades, es llevar una alimentación saludable y practicar ejercicio de forma cotidiana.